Merlin culpa a los «comunistas de Sumar» y al PSOE de abrir «las puertas del infierno» a las socimis
Economía
El consejero delegado de la firma critica la propuesta de eliminar el régimen fiscal del que se benefician este tipo de empresas
15 Nov 2024. Actualizado a las 18:08 h.
El consejero delegado de Merlin, Ismael Clemente, aseguró ayer que «los comunistas de Sumar», junto con el PSOE, «abrieron la puertas del infierno» a las socimis, al proponer el pasado lunes la eliminación del régimen fiscal del que se benefician este tipo de empresas.
Así lo manifestó ayer en una conferencia con analistas, que normalmente se convocan para explicar las cuentas de la empresa pero en la que, en esta ocasión, comenzó dando su opinión sobre este acuerdo político, que motivó una caída superior al 7 % de Merlin Properties en la Bolsa el martes, tras conocerse el acuerdo.
Clemente aseguró que el Ibex 35, índice en el que Merlin cotiza, se ha visto afectado por este «populismo» y que, pese a que la eliminación del régimen fiscal de las socimis es solo una propuesta y no se ha materializado, su cotización todavía no se ha recuperado de la caída. El directivo defendió que la ley en la que se enmarca esta propuesta, una trasposición de una directiva europea para aplicar un tipo mínimo de tasación a las multinacionales, ya dejaba fuera de ese mínimo a las socimis, algo que el PSOE respetaba inicialmente.
Sin embargo, Sumar, partido al que Clemente se refirió como «comunistas», acordó posteriormente con el PSOE esta medida. Y eso que, según el directivo, los socialistas «siempre han manifestado que entienden la motivación social y económica de las socimis». Clemente resaltó que el acuerdo no ha tenido aún el consenso suficiente para ser aprobado, «ya que no fue consultado ni apoyado por los cuerpos técnicos del Gobierno ni de la Oficina Económica de la Presidencia, así como tampoco por los partidos conservadores catalán y vasco», en referencia a Junts y PNV.
Merma del beneficio
La compañía calcula que, en caso de aprobarse finalmente, el impacto se traduciría este 2024 en una merma máxima del 8,5 % del beneficio operativo, lo que reduciría en igual proporción el dividendo. También admitió que no habría ninguna diferencia entre que la empresa se quedase en España o se trasladase a otro país, ya que sus activos españoles quedarían supeditados a los impuestos españoles.