La Voz de Galicia

Sucedió en 1981: La campaña a bordo del Ford Fiesta del doctor Fernández Albor

Elecciones 2020

G. Vázquez Redacción / La Voz

Un periodista de La Voz acompañó al candidato de Alianza Popular durante una larga jornada en la que mostró cómo compaginaba su trabajo como médico con la carrera por convertirse en presidente de la Xunta

03 Jul 2020. Actualizado a las 05:00 h.

Octubre de 1981. Un nuevo horizonte se abría para Galicia. El día 20 la comunidad tenía una cita con las urnas, pero no con unos comicios a nivel nacional sino con los primeros de la autonomía. Eran 2.174.245 los gallegos que entraban directamente en los archivos de la historia. Era el momento de elegir su primer parlamento.

En liza estaban hace casi cuatro décadas 71 escaños por los que lucharían dieciséis fuerzas políticas en aquella Galicia con un jovencísimo Estatuto de Autonomía. [Consulta aquí la página completa]

Todo era nuevo y la campaña electoral no iba a ser menos. En la hemeroteca de La Voz de Galicia fue y sigue siendo testigo de los pasos de los candidatos en aquellos días de conquista del voto. Jornadas en las que los políticos abrían las puertas de par en par a los periodistas para mostrarle a sus votantes quienes eran con toda naturalidad.

Eso fue lo que hizo el 16 de octubre de 1981 el candidato de Alianza Popular, Gerardo Fernández Albor. El histórico político -fallecido en julio del 2018- había comenzado sin saberlo la cuenta atrás para convertirse en el primer presidente de la Xunta de Galicia. Médico de profesión, eso no fue un impedimento para que un periodista de La Voz le acompañase en las consultas a sus pacientes. Y es que aquella jornada con el candidato arrancaba en el Policlínico La Rosaleda de Santiago, que Fernández Albor dirigía. El personal del hospital advertía al periodista de que el doctor había pasado «una mala noche» tras una urgencia en el centro. 

En las páginas de La Voz se habla de un candidato que llega tarde a su cita y que, enseguida le pregunta al redactor si puede acompañarle a Padrón. [Consulta aquí la página completa] 

Ahí comienza el viaje por la forma de ser de uno de los primeros candidatos a jefe del Ejecutivo gallego. Albor conduce despacio porque «no me gusta -dice- correr con estos coches pequeños, con poco peso». En el trayecto entre Santiago y Padrón, Albor explica por qué ahora ha decidido aspirar a un puesto político. «No tenía disculpa, ¿sabes? Ahora se trata de Galicia y puedo compaginar mi profesión con esto». Y es que Albor respondía así de forma comprometida al mandato de Manuel Fraga. Él era el hombre que intentaría el asalto a la primera Xunta (y lo conseguiría).

Reportaje que publicó La Voz de Galicia el 17 de octubre de 1981

A sus 64 años, al candidato le gusta la buena conversación, «cosa fácil de lograr» con él, apunta el periodista de La Voz de Galicia. «Se está perdiendo y es una lastima», explica Albor. «¿Las razones? Muy sencillas: no hay tiempo. Desaparecen los cafés clásicos con sus tertulias, abundando las cafeterías modernas y las discotecas con sus ruidos. No se puede conversar en la barra de una cafetería», decía este doctor de profesión con una prolija trayectoria intelectual. 

Las anécdotas se sucedieron durante aquel viaje. En la primera parada en Padrón, el candidato de Alianza Popular reconoce una cara conocida en medio del mitin. Es un hombre mayor:

-«Usted es el guardia que yo operé».

-«Sí, soy el guardia que usted dice, pero no me operó sino que me trató luego».

-«Pues al no haberlo operado yo, probablemente salvó usted su vida».

Después del acto con jóvenes en Padrón, candidato y redactor siguen su recorrido hasta Negreira para regresar a mediodía a Santiago. Fernández Albor tiene que visitar a pacientes en el hospital y justo en ese momento se entera del fallecimiento de uno de ellos: Rafael Dieste. «Lo dicho, chico. Uno no se acostumbra nunca a pasar por estos tragos», comparte el doctor con el periodista.

Albor jurando su cargo como presidente de la Xunta el 21 de enero de 1982ALBERTO MARTI VILLARDEFRANCOS

A pesar del jarro de agua fría de la jornada, el candidato debe salir hacia Trazo donde tiene un mitin. «Atravesamos Santiago, y en la ventana de un edificio, vemos a una señora de edad, a quien Fernández Albor quiere saludar. 'Baja la ventanilla', dice. Le preguntamos si se trata de alguna paciente. 'No', nos dice. 'Es mi madre'. Lo dice con orgullo», relata el reportaje de La Voz de Galicia, que remata la escena: «Parece como si este encuentro, aunque lejano, con su madre elevase la moral del doctor. En el trayecto recorrido hacia Trazo, no paró de cantar canciones gallegas. Y en verdad que no lo hace mal».

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