Lucha abierta por la herencia de Suárez
Elecciones 2016
Rajoy reivindica el legado del expresidente del Gobierno para blindar el flanco centrista e impedir que Rivera se apropie del discurso reformista del líder de UCD
05 Dec 2015. Actualizado a las 11:19 h.
Solo presidió un Gobierno democrático durante tres años y medio. Los españoles no le dieron jamás una mayoría absoluta. Pero Adolfo Suárez es quizá la única figura intocable de nuestra historia política, hasta el punto de que los cuatro grandes partidos se disputan en estas elecciones su legado de centralidad. La herencia del duque es para algunos un amuleto cuya posesión garantiza la victoria. El anillo de Frodo. Rajoy estaba ya en eso cuando Aznar inició en 1999 aquello que se llamó el viaje al centro. «¿De dónde vendrán, que tardan tanto?», preguntaría más tarde el viperino Alfonso Guerra. Y en cuanto el líder del PP vio esos carteles en los que Albert Rivera aparece como un Suárez redivivo, decidió irse a Ávila a tocar el tótem y reivindicar el centrismo. Allí se presentó ayer junto a Adolfo Suárez Illana, que administra con mimo el botafumeiro centrista de su padre y se cuidó por ello de recordar que, aunque en estos comicios apoya a Rajoy, es amigo de Pedro Sánchez y de Albert Rivera. «Tendrán su oportunidad en el futuro, pero hoy necesitamos unas manos expertas como las de Mariano», dijo ayer Suárez Jr.
Rajoy prefirió no compartir herencia y se lanzó a mitinear junto a la estatua de bronce del héroe de la transición, reivindicando los valores de la concordia, el patriotismo, el diálogo dentro de la Constitución y los pactos de Estado que se asocian para siempre a la figura de Suárez. El PP sabe que la lucha por el centro es vital como nunca, porque es por ese flanco por donde puede perder votos en esta campaña si Rivera ocupa ese espacio. De ahí el empeño en vincular a Ciudadanos con la izquierda y en dar por hecho que apoyaría al PSOE.
Ciudadanos imita la simbología
El líder de Ciudadanos también sabe que instalarse en el centro es la clave para robar votos a dos manos tanto al PP como al PSOE. Algo imprescindible si quiere pasar de ser el yerno ideal a tener opciones de ser presidente. Y por ello lleva tiempo trabajándose la imagen del nuevo Adolfo Suárez, el artífice de una segunda transición, apropiándose sin complejos de toda la simbología suarista.
Rivera se adueña también del discurso reformista del expresidente del Gobierno proponiendo una revisión de la Constitución y presentando a Rajoy como un inmovilista que quiere que todo siga igual. Su equipo ni siquiera oculta que los carteles de esta campaña con la foto de un Rivera sonriente, insultantemente joven y con la mirada perdida en el horizonte, están inspirados en los del fundador de UCD en la etapa de la transición. Y tampoco se han olvidado del símbolo que representa la ciudad de nacimiento de Suárez. Ciudadanos arrancó en Ávila su precampaña electoral y allí recalará Rivera el 14 de diciembre, en lo que se espera como otra ceremonia de reivindicación del mito centrista.
Rivera no pactará con Podemos y PSOE porque «no todo vale para llegar al poder»
«Desde aquí le digo a Pedro Sánchez: para llegar al poder no vale todo». Albert Rivera cortó ayer de raíz la posibilidad planteada por Pedro Sánchez de que PSOE, Ciudadanos y Podemos formen un equipo para desbancar del Gobierno a Mariano Rajoy pactando un «programa común». Y por ello, aunque sabe que es la pieza clave para articular cualquier mayoría, rechaza toda imagen de acercamiento a izquierda o derecha. Ayer cargó también contra Rajoy y su estrategia de presentarle como un político bisoño. «Tiene razón. No tenemos experiencia en construir aeropuertos sin aviones ni en saquear cajas de ahorros», señaló.
«Vamos a por el PP»
Rivera dio por hundido al PSOE y aseguró que su objetivo es superar a los populares. «Vamos a por el siguiente, a por el PP, vamos a por ellos», clamó durante un mitin en Mallorca. Su discurso se centra en presentar a su partido como una plataforma surgida de la sociedad civil y ajena a la partitocracia. Agradeció por eso a Rajoy «las cosas que haya hecho bien», pero le instó a entender que «comienza una nueva etapa política».
En el particular calendario Rivera, el tiempo para que él sea presidente ha llegado ya, al margen su poca experiencia. Y por eso, mientras Rajoy reivindica el legado centrista, el líder de Ciudadanos asegura que, al igual que en los setenta lideró la etapa política Adolfo Suárez, en los ochenta Felipe González y en los noventa, Aznar, «ahora el nuevo proyecto común para España se llama Ciudadanos».