Epílogo del 20D, prólogo de las autonómicas
Elecciones 2016
Por primera vez en 23 años, las generales tendrán lugar solamente cuatro meses antes que las gallegas, lo cual condicionará la campaña del 26J a todos los aspirantes a presidir la Xunta
10 Jun 2016. Actualizado a las 16:51 h.
Segunda vuelta, repetición, nuevo proceso... De acuerdo con los intereses de cada cual, los partidos emplean diversos términos para referirse a las elecciones del 26J. En Galicia, en cualquier caso, serán el epílogo del 20D y, sobre todo, el prólogo de las autonómicas. Porque, por primera vez en 23 años, estas generales tendrán lugar solo cuatro meses antes que las próximas gallegas. Y ello va a condicionar la campaña de los líderes políticos de la comunidad, que ensayarán sobre la escena de junio la función de octubre. Entre la celebración de estos comicios y la de los anteriores, además, habrá transcurrido medio año. Muy poco tiempo en el cual, sin embargo, han ocurrido muchas cosas a nivel orgánico: por razones varias, las direcciones actuales del PPdeG, del PSdeG y del BNG, así como la regional de Ciudadanos, apenas se parecen a las de diciembre pasado. Las urnas funcionarán también dentro de 16 días como una especie de termómetro del nivel de aceptación de esos procesos de renovación interna.
Partido Popular
Test a la renovación. En comparación con las del 2011, en las elecciones del 2015 el PP se dejó en Galicia cinco escaños, 259.389 votos y 15,4 puntos de apoyo. A estas comparece con el objetivo no reconocido oficialmente de conservar sus diez asientos en el Congreso y ganar en sufragios o bien en respaldo porcentual. O sea, ansía un resultado que luego le permita transmitir la idea de que su recuperación ha comenzado y, por tanto, la tercera mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijoo es factible este otoño. No en vano, los populares se presentan ante la ciudadanía con un secretario general, Miguel Tellado, que lleva solamente cinco semanas en el cargo y una cúpula de poder renovada al 68 % y rejuvenecida en una media de cuatro años de edad. En paralelo, al igual que la Xunta su senda de gasto, el partido ha virado últimamente su discurso hacia lo social. El 26J medirá en parte si esos esfuerzos rentan o resultan baldíos. Con el ánimo de que la moneda caiga de cara, Feijoo recorrerá las cuatro provincias estas semanas con un doble mensaje: de defensa de Mariano Rajoy y, sobre todo, de autopromoción. Se venderá como única alternativa a una «amalgama de caos».
En Marea
Crecer pese a la crisis. Tras su éxito del 20D (408.370 votos y seis actas de diputado), la entente tripartita llega a esta cita con las urnas sin haber superado los enfrentamientos entre sus socios que esta primavera la situaron al borde de la ruptura. Anoche, de hecho, el líder de Anova, Xosé Manuel Beiras, declinó asistir a la pegada central de En Marea, donde habría coincidido con Yolanda Díaz (Izquierda Unida) y Antón Gómez-Reino (Podemos), para apoyar la convocada en Vigo por Alexandra Fernández, de su mismo partido. Asimismo, la alianza concurre de nuevo como mera coalición, lo que le impedirá obtener el prometido grupo propio en Madrid, y sin haber sometido a primarias la composición de sus candidaturas, cuestiones ambas que han disgustado a parte de sus simpatizantes, como quedó patente en la asamblea general del pasado 15 de mayo. Resta por conocer también si sus bases castigarán o no gestos que la llamada izquierda rupturista censuraba hasta hace nada; por ejemplo, el hecho de que ninguno de sus senadores y congresistas haya renunciado a la indemnización de más de 8.000 euros por haber trabajado poco más que cien días en las Cortes. No obstante, surfeando la ola del cambio, En Marea aspira en ese contexto a consolidar el sorpasso infligido al PSdeG antes de las Navidades e incluso a mejorar las posiciones de entonces.
Partido Socialista
Una «plataforma» para Leiceaga. En una circunstancia inédita, los socialistas cedieron hace seis meses su condición de segunda fuerza gallega. En marzo, además, se quedaron sin secretario xeral, al dimitir, imputado por una decena de delitos, José Ramón Gómez Besteiro, cuyos cometidos ha asumido interinamente su número dos hasta la fecha, Pilar Cancela. Se plantan en el 26J también recién salidos de unas primarias marcadas por las posturas contrapuestas de sus protagonistas. En ese marco, el vencedor de aquella contienda, Xaquín Fernández Leiceaga, planea aprovechar esta campaña para lanzar ya, sin quitar el ojo de lo que ocurra en la Carrera de San Jerónimo, su asalto a la presidencia de la Xunta. Para muestra, su agenda hasta el viernes 24, que incluye un mínimo de dos actos por jornada y un máximo de seis. «Él tiene -explica su entorno- un hándicap, que es el déficit de conocimiento entre la población, pero estas elecciones le van a servir de plataforma para superarlo. Va a tener un papel importantísimo».
Ciudadanos
Para apagar el incendio, Rivera. Afronta Ciudadanos este esprint con la determinación de duplicar la representación obtenida en el 2015, sumando al acta de A Coruña otra en Pontevedra. Lo encara, respecto al 20D, habiendo cambiado de coordinador regional, de comité directivo y hasta de candidatos principales en dos de las cuatro circunscripciones. Unos relevos que, por la crisis interna en la que desembocaron, amenazan con lastrar los objetivos electorales de la formación. Para anular o paliar los posibles efectos negativos de esas disputas, los naranjas han suavizado su discurso centralista, profesionalizado su estructura de mando y logrado, en esta ocasión sí, la presencia aquí de su líder nacional, Albert Rivera.
BNG
Pontón en la carretera. El BNG, que recupera sus siglas tras el experimento fallido de Nós, se despeñó en diciembre. Retrocedió prácticamente a 1989 en volumen de avales y vio cómo tras dos décadas, de repente, se esfumaba su hueco en el Congreso. Producto de aquello y de fracasos anteriores, hoy se halla inmerso en una refundación a un año vista y su portavocía nacional la ocupa ya no Xavier Vence, sino Ana Pontón, quien se batirá con Feijoo en la contienda otoñal. Basta con observar el cartel del Bloque del 26J para comprender cómo plantea ella estos comicios: casi como una precampaña de los autonómicos. Junto a los cuatro primeros espada de los frentistas, ocupando el centro del plano, Pontón, que no aspira ahora a escaño alguno, emerge en la imagen. En una situación similar a la de Leiceaga, exprimirá el escaparate de las generales para incrementar su popularidad entre el elector. En una empresa compleja, con el propósito de que Galicia vuelva a «ter voz propia» en la capital, intentará también recuperar parte del voto nacionalista fugado a En Marea.