La Voz de Galicia

Voto en blanco y voto nulo, dos protestas con distintos efectos

Elecciones 2016

Juan Carlos Martínez Redacción / La Voz

Los sobres vacíos suman en el total para el reparto de escaños

25 Sep 2016. Actualizado a las 05:00 h.

Entre los datos que surjan esta noche de las urnas saldrá, además de un mandato para formar el próximo Gobierno de la Xunta, un número de votos en blanco y de votos nulos. Son dos formas de protestar contra el conjunto de partidos políticos o de manifestar que ninguna de las opciones posibles satisface los gustos del elector, pero con distintas motivaciones y efectos también diferentes.

El voto en blanco es aquel en el que se introduce en urna solamente el sobre, sin nada dentro. Así que un sobre oficial con un papel en blanco en su interior es voto nulo. Como lo es aquel otro en el que el sobre depositado no es el normativo o contiene algo diferente a lo que debe llevar: la papeleta de la candidatura elegida. No se considera nulo el sobre en el que se hayan metido varias papeletas de la misma candidatura, aunque, como es evidente, se cuenta un solo voto. Sí se anula el sufragio, en cambio, cuando el mismo envoltorio lleva en su interior dos o más papeletas de distintas listas electorales.

Como de costumbre, algunos votos nulos constituirán las anécdotas de la jornada electoral. Volverán a verse listas falsas con personajes del mundo rosa o con los protagonistas de las series de moda, fotos de famosos, notas con insultos y hasta alimentos, que aparte de constituir un voto nulo ensucian el resto del contenido de la urna y molestan a los convecinos sobre los que ha recaído el deber de controlar el proceso electoral.

Las motivaciones de quienes votan en blanco y quienes emiten un voto nulo son diferentes, salvo en el caso en que esta última circunstancia se produzca por despiste. Quien vota en blanco se toma la molestia de acudir a las urnas a pesar de su desacuerdo con la totalidad de la oferta política y manifiesta su protesta de forma cívica. El voto nulo es generalmente un voto gamberro, de electores que, además de expresar su desacuerdo con la política, añaden surrealismo, desdén o incluso agravio contra los aspirantes a ocupar un escaño en el Parlamento. La abstención no presenta un perfil definido, porque puede ocurrir por desacuerdo, pero también por la imposibilidad de acudir al local electoral.

 

Blanco pero válido

La diferencia de efectos entre el voto nulo y el blanco es que el primero no se contabiliza en el total de sufragios emitidos, pero el segundo sí. Por esto, los votos nulos no tienen consecuencia en el resultado electoral. Como tampoco las tiene la abstención. En cambio, los votos en blanco se suman al conjunto de sufragios válidos, de forma que reducen el porcentaje de voto que obtiene cada candidatura electoral sobre el total. En consecuencia, una cifra elevada de votos en blanco dificulta que los partidos minoritarios puedan obtener el porcentaje mínimo de votos para conseguir representación.

En las últimas elecciones autonómicas, las de octubre del 2012, 38.410 gallegos votaron en blanco (un 2,69 % del total de sufragios contabilizados en urna) y otros 37.472 (un 2,55 % del total de votantes) emitieron votos nulos.

 

 


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