La Voz de Galicia

El PSOE propone que el Estado garantice un salario mínimo para todos los españoles

España

DAVID FERNÁNDEZ MADRID

La Renta Básica de Ciudadanía, desde 50.000 pesetas, sería percibida por todo el mundo independientemente de que trabaje o de su edad El PSOE ha puesto en marcha su maquinaria para elaborar un programa electoral de cara al 2004. Los socialistas acudirán a esos comicios con una propuesta estrella: la Renta Básica de Ciudadanía. Un salario mínimo -desde 50.000 pesetas al mes, para los menores de 18 años, hasta 135.000 pesetas- garantizado para todos los ciudadanos por el hecho de ser personas y vivir en España. La propuesta socialista se enmarca dentro de su nuevo modelo fiscal.

16 Jun 2001. Actualizado a las 07:00 h.

La Renta Básica de Ciudadanía (RBC) consiste, según la definición que los socialistas hacen en su manifiesto Ciudadanía, libertad y socialismo en «garantizar unos ingresos mínimos para todos los ciudadanos con carácter universal e incondicional, que se constituyan como el mínimo vital de subsistencia que toda persona o familia necesita para vivir». Dicho de otra manera, que todo ciudadano, por el hecho de serlo, reciba un ingreso por parte del Estado que le garantice su supervivencia, independientemente de que trabaje o no, de que sea rico o pobre, de que tenga o no familia, o de su edad. Las críticas desde algunos sectores de la política española no han tardado en llegar, al considerar la medida demagógica e inaplicable en la realidad. El sociólogo Jordi Sevilla justifica la RBC en el concepto de libertad. A su juicio, «una persona sólo es libre cuando escoge su proyecto de vida, cuando nadie ni nada se lo impone; y eso sólo es posible cuando dispone de recursos». Por eso, defiende que «es el Estado el que debe garantizar ese incremento de libertad personal con una renta mínima». El profesor catalán Daniel Raventós, el máximo experto español en la materia, va más allá y asegura que «la democracia no se puede concebir sin la RBC, lo mismo que no se puede concebir sin el sufragio universal». Para él, el principal debate al que debe someterse la RBC es una discusión sobre valores éticos. Y no tiene duda de que «la propuesta es justa». No sólo para ricos El debate sobre la RBC planteado en los términos actuales comenzó en 1986 de la mano de los filósofos belgas Philippe Van Parijs y Robert J. Van der Veen. Los intelectuales que defienden esta propuesta, Raventós entre ellos, sostienen que «la RBC no esta ideada sólo para los países ricos, sino también para los menos desarrollados». La clave: tener en cuenta el umbral de pobreza de cada sociedad. Sin embargo, las grandes dudas que genera la RBC giran en torno a su financiación. Jordi Sevilla asegura que el eje de su planteamiento para financiar la RBC pasa por «una redefinición de las políticas sociales» una vez conseguido un nivel de bienestar que garantiza una cobertura social básica y universal -seguridad social, pensiones o educación-. Para el dirigente socialista, «el mínimo vital actual exento de tributo es inútil, porque es superior en las rentas más altas que en las más bajas». A su juicio, su propuesta fiscal con un tipo único -o dos- y una RBC igual para todos y exenta de tributación garantizaría mejor los ingresos mínimos que todo individuo necesita para sobrevivir. Raventós asegura que la financiación es posible «porque, aunque en teoría se sumaría al actual gasto público, muchas partidas de ese gasto serían redundantes tras la aplicación de la RBC». Además, el sociólogo catalán no descarta que la futura aplicación de la tasa Tobin (un impuesto que grava las transacciones de capital) pudiera servir para financiar la RBC, postura contraria a la que mantiene el PSOE.


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