Powell recuerda cómo medió por la «estúpida islita» de Perejil
España
Asegura que Ana Palacio le llamó y le dijo: «Tienes que arreglar mi problema» El departamento de Estado puntualiza que EE.UU. se tomó el conflicto muy en serio
06 May 2004. Actualizado a las 07:00 h.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, cita como ejemplo de su actividad diplomática el litigio entre España y Marruecos por la isla de Perejil en julio del 2002. En una entrevista con la revista masculina GQ , Powell se refiere a «esta estúpida islita con la que tuve que lidiar hace un año y medio, frente a la costa de Marruecos, tan grande como dos campos de fútbol... Ni siquiera es una isla, es una peña». Cuando estalló el conflicto sobre la soberanía del islote, recuerda, la Unión Europea inmediatamente apoyó a España y los países musulmanes respaldaron a Marruecos, «así que ahí lo tienes. ¿Qué hacen? ¿Llamar a la ONU? No. ¿Qué hacen? Llamar al secretario de Estado de EE.UU. un jueves por la noche», señala. Explica que la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio -«que ahora es una de mis mejores amigas»-, le llamó y le dijo: «Tienes que arreglar mi problema». Powell rememora las cerca de 40 llamadas que recibió de Palacio, de José María Aznar y del Rey de Marruecos. Las dos partes enfrentadas «sólo aceptaban como acuerdo el que les enviara una carta a ambos diciendo lo que debían acordar hacer y si yo suscribiría dicha misiva». Los gobiernos español y marroquí diferían en la manera de nombrar el islote (Perejil o Leila), por lo que propuso «simplemente llamarla la isla»; esta idea fue desestimada, lo que le obligó, rememora, a desplazarse al departamento de Cartografía para localizar sus coordenadas exactas y nombrarla mediante la ubicación geográfica. Añade que el visto bueno español tardó sólo treinta minutos en llegar, pero que hubo grandes dificultades para establecer contacto con el rey Mohamed VI, quien estaba de viaje y no suele recibir llamadas cuando está en su vehículo. Tras explicar cómo la crisis se solucionó después de que escribiera una carta a los dos países en los que fijaban los términos de un acuerdo, el secretario indica «es una historia tonta, pero ilustra muchas cosas. (Los países) acuden a Estados Unidos. Hace falta diplomacia». El portavoz del departamento de Estado norteamericano, Richard Boucher, puntualizó ayer que «obviamente no es una estúpida pequeña isla, pues se trataba de una disputa importante entre dos grandes aliados» estadounidenses, que su país, según aseguró, «se tomó muy en serio».