La Iglesia dice que el plan Ibarretxe es incompatible con la doctrina católica
España
Lo considera «insolidario» y «moralmente inaceptable» porque «impone el culto a la nación» Recuerda que la Constitución se puede modificar, pero por los cauces legales
07 Jan 2005. Actualizado a las 06:00 h.
La Iglesia arremetió ayer contra el plan Ibarretxe. Por medio de un rotundo comunicado, la Conferencia Episcopal Española censuró ayer la propuesta de Juan José Ibarretxe por considerarla «moralmente inaceptable, insolidaria, excluyente», por entender que tiene tintes «totalitarios», impone el «culto a la nación» y antepone sus aspiraciones políticas a los derechos de las personas. La cúpula eclesiástica baja de nuevo a la arena política, a pesar de que una de sus máximas, en teoría, es no intervenir en ella. Y esta vez no lo hace para criticar al Gobierno socialista, sino para lanzar una dura advertencia al PNV, uno de los partidos democristianos de mayor tradición católica, por la deriva que está tomando la formación de Josu Jon Imaz con su pulso al Estado. La Iglesia se siente en la obligación de dar su opinión y recuerda que el derecho de autodeterminación lo tienen los pueblos que son colonizados o invadidos, pero no los que unilateralmente deciden que se quieren independizar, porque ese es un caso en el que la secesión «es moralmente inaceptable». Sobre todo cuando ese territorio impone su exigencia «a toda costa y por cualquier medio», lo que a ojos del clero se convierte en una «idolatría de la propia nación» que «pervierte gravemente el orden moral». La jerarquía eclesiástica aclara que no combate a los partidos nacionalistas, pero les exige que dejen de considerase a sí mismos como los únicos capaces de «proponer el amor a la nación» y les pide que no caigan en el error de «excluir y menospreciar» al resto de realidades nacionales o estatales. «La pretensión de que a toda nación, por el hecho de serlo, le corresponda el derecho de constituirse en Estado (...) da lugar a un nacionalismo totalitario, incompatible con la doctrina católica». La Iglesia cree, además, que el cometido de los partidos políticos es el de ponerse al servicio de los ciudadanos y no a la inversa, por lo que «no es moralmente aceptable» que el nacionalismo anteponga a esos derechos básicos su concepción de la nación y el Estado. El documento, titulado Sobre nación y nacionalismos, es un comunicado hecho público por el secretario de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, que no ha sido debatido por el pleno de la institución. Pero recoge muchos de los extremos incluidos en la instrucción pastoral Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias , aprobada en plenario en noviembre de 2002. Enfrentamientos con el PP Esta pastoral tuvo un accidentado nacimiento. Fue el cierre de una serie de enfrentamientos de la cúpula eclesiástica con el Gobierno de José María Aznar, que desembocaron en una grave crisis tras las elecciones autonómicas del 2002, cuando los obispos del País Vasco difundieron una pastoral en la que criticaban la ilegalización de Batasuna, el pacto antiterrorista, cuestionaban la forma en la que el Ejecutivo del PP combatía la violencia e incluso asumían algunas de las reivindicaciones de ETA, como la de las presuntas torturas a los presos terroristas.