El Gobierno responde a ETA y le aclara que el proceso no admite chantajes

El Gobierno advirtió ayer a ETA de que las reglas establecidas para el proceso de paz -respeto a la ley y ausencia de violencia- son «inamovibles» y no van a cambiar «con comunicados ni con chantajes». El Ejecutivo respondió así al último comunicado de la banda, difundido en la madrugada del sábado, en el que los terroristas amenazan con romper el alto el fuego si Zapatero no da pasos para favorecer la negociación. El jefe del Ejecutivo, que se encuentra en Uruguay, negó haber contraído compromisos con ETA distintos a los que ya expuso el pasado 29 de junio en el Congreso, cuando marcó las condiciones para el inicio de las conversaciones con la organización terrorista. Zapatero transmitió, por medio de su secretario de Comunicación, Fernando Moraleda, que nada va a cambiar en la posición del Gobierno por la persistencia de las amenazas de la organización criminal. El presidente del Gobierno, nada más tener conocimiento del comunicado incluido en el Z utabe de octubre, reproducido por el diario Gara , se puso en contacto con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para analizar el texto y ver su repercusión en el proceso de paz. La conclusión de ambos fue que nada cambia y que el diálogo, que aún no se ha iniciado, es inviable mientras persistan los actos de violencia, como el ataque con cócteles molotov sufrido la pasada madrugada por la sede del PSE en el barrio bilbaíno de Txurdinaga. Otros miembros del Gobierno, como la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, salieron también ayer a la palestra con un doble mensaje: no hay nada que comentar del comunicado de ETA, y es preciso que el PP recapacite para lograr la unidad de los demócratas contra el terrorismo. Rajoy, por su parte, exigió al presidente que rompa de inmediato la negociación con ETA. Considera que el Gobierno tiene que «plantarse y no mirar para otro lado». El presidente del PP garantizó su apoyo si Rodríguez Zapatero «vuelve a la normalidad», rompe el proceso de paz y comienza a detener a los terroristas etarras.