El PP exige parar la obra del AVE en Barcelona y el PSC replica que es «la más controlada de España»

PPC y PSC chocaron ayer respecto a las obras del AVE a su paso por la Sagrada Familia, ya que los populares han reclamado su paralización hasta que se garantice la seguridad del templo, a lo que los socialistas replicaron que «es la obra pública más controlada de España».

En una rueda de prensa, la portavoz popular, Dolors Montserrat, instó a paralizar las obras debido a las «importantes desviaciones», de 20 centímetros, explicó, que se están produciendo en los pilones de protección del templo, por lo que insistió en la necesidad de cambiar el trazado del AVE. Opina que no le parece «correcto que el ministro de Fomento, José Blanco, solo diga que las obras cumplen todas las garantías [...] cuando hay anomalías y estamos esperando a los jueces de la Audiencia Nacional», en referencia al grupo de magistrados que ayer realizaron el reconocimiento judicial de los trabajos del futuro túnel del AVE que se llevan a cabo junto a la Sagrada Familia.

Preocupación por el templo

Los cuatro jueces, acompañados por abogados y peritos del ADIF y del equipo constructor de la Sagrada Familia, conocieron in situ los trabajos-piloto que se están realizando en las obras del tren de alta velocidad en Barcelona para garantizar la seguridad del templo de Gaudí.

«¿Qué obras ha visitado Blanco? ¿Qué ha visto?», se preguntó Dolors Montserrat, quien afirmó que «queda bastante claro que alguna cosa no va bien en la Sagrada Familia», por lo que debe confirmarse que el templo no está en peligro y si podrá resistir.

Minutos después, la diputada del PSC en el Parlamento catalán, Carme Figueras, respondió a los populares recordándoles que la del AVE «es la obra pública más controlada de España», y evidenció confianza en el trabajo de los ingenieros. «Barcelona se pone a la altura de las grandes ciudades europeas con un tren de Alta Velocidad en el centro (de la ciudad)», destacó. Además, Figueras subrayó el hecho de que Blanco anunciara que Barcelona será la ciudad española que recibirá más inversión pública, así como que mostrara «su compromiso para paliar los déficit históricos de Cataluña».