El Gobierno desautoriza el desafío de Barreda al liderazgo de Zapatero
España
El presidente de Castilla-La Mancha no quiere que se vuelva a presentar y exige un cambio de rumbo
09 Oct 2010. Actualizado a las 03:19 h.
El Gobierno trató ayer de frenar en seco el primer intento de un barón regional de moverle la silla a Zapatero. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, reclamó el jueves por la noche un «cambio de rumbo» y «medidas contundentes» para evitar la «catástrofe electoral» a la que se dirige el PSOE en las elecciones autonómicas y municipales del 2011. Pero no se quedó ahí, sino que, solo unos días después de que el presidente sufriera su primer varapalo interno, en las primarias de Madrid, se declaraba partidario de que no repita como cabeza de cartel del PSOE en el 2012. Lo hizo por la vía de recordar que él está a favor de que los mandatos se limiten a ocho años. Además, añadió que no necesita «ningún líder nacional en Castilla-La Mancha».
De la Vega responde
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, le respondió que no comparte en absoluto lo que dijo, y señaló que «el presente y el pasado pasan por el proyecto que lidera José Luis Rodríguez Zapatero», a quien definió como «el mejor activo que tiene este partido y este Gobierno, más allá de opiniones puntuales».
Barreda insistió ayer en que esa limitación de tiempo es «conveniente, saludable y razonable», y añadió que no solo es aplicable a Zapatero, sino también a Felipe González, José María Aznar o Adolfo Suárez, o al que «sea mañana o pasado mañana». Eso sí, puntualizó que tiene «la mejor de las opiniones y el mayor respeto como presidente y secretario general del PSOE» y que su reflexión no iba dirigida a él, sino que tenía carácter general, ya que es un principio de «filosofía política». Asimismo, recordó que ese límite, que se puede o no compartir, está establecido por ley en su comunidad.
«Lo que ayer dije de forma muy clara es que la resignación no cabe y que hay margen para la reacción y no podemos estar cruzados de brazos», señaló. Barreda defendió que «el concepto de lealtad consiste en decir lo que se piensa, en decir la verdad» y el día anterior criticó a los «pelotas, que le dicen sistemáticamente amén al jefe y que lo único que hacen es estrellarle». «Si yo digo una tontería o hago una majadería, y me lo jalean, pues no me hacen ningún favor», argumentó.
José María Barreda recordó que en febrero pidió un «importante cambio de Gobierno» y «entonces se lo expliqué directamente al presidente y él lo comprendió porque es una persona con un gran talante democrático, que acepta perfectamente las críticas. Seguramente hay gente a su alrededor que es más papista que el Papa», manifestó.
Los otros barones
Una de las voces más críticas con Barreda fue la del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que criticó que «los mismos que antes lo sacaban a hombros ahora le tiran almohadillas», y que para asegurar que no se va por el camino adecuado, primero hay que exponer lo que uno haría, «se sea oposición o se sea miembro de la cuadrilla».
Su homólogo andaluz, José Antonio Griñán, coincidió con el castellano-manchego en que el momento actual es «muy difícil», pero se mostró convencido de que el PSOE es una «fortaleza capaz de superar cualquier inconveniente».