Robert Cockx, conexión de Banesto en Gibraltar

AGS pertenece a dos empresas: Cockx Legal Tax Consult Abroad y Rocoll-Autos; y detrás está Robert Cockx, cuyas andanzas conoce la policía desde los noventa, pues no oculta que procura la fiscalidad más favorable para sus clientes. Según las sentencias del caso Banesto, los condenados en este sumario «pretendieron justificar» un desfalco de 357,5 millones de pesetas con un «supuesto pago» a la «sociedad instrumental radicada en Gibraltar» Shillington Investment, de la que era representante Cockx, «en virtud de una opción de compra que esta sociedad tenía sobre esos locales, que en realidad nunca existió». Horrach sabía esto cuando interrogó a Eugenio Calabuig, quien confirmó las sospechas: jamás conoció a Tabaa ni oyó el nombre de Cockx; con el único que trató fue con Urdangarin, quien le prometió que su agenda abriría a Agval al extranjero. En total, fueron tres pagos por 375.000 euros libres de impuestos por trabajos de mediación internacional que jamás se plasmaron en nada. El primero es el ya conocido gigantesco trasvase entre dos ríos jordanos, y para el que el duque de Palma supuestamente contactó con inversores americanos, británicos, holandeses, belgas, alemanes y dominicanos. También propuso varios proyectos inmobiliarios que resultaron inviables en Marruecos y Portugal. Calabuig, a pesar de la ruinosa inversión, no se atrevió a rechistar y, habida cuenta del perfil de su interlocutor, pagó hasta el último euro lo acordado.