La Voz de Galicia

Madrid espera que gane Hollande

España

Reforzaría el papel de Rajoy ante Merkel y tendría un aliado en París

06 May 2012. Actualizado a las 07:09 h.

Una cosa es la amistad y otra los intereses. Ideológicamente, Rajoy está más cerca de Sarkozy y le debe agradecer el despelleje de Zapatero en la campaña electoral francesa. En el propio debate televisado, el miércoles pasado, Sarkozy le dijo a Hollande varias veces lo de «su amigo Zapatero», a lo que replicó Hollande: «Si Zapatero es mi amigo, el suyo es Berlusconi». Lo negó, pero el socialista recordó que el partido de Sarkozy está en el Partido Popular Europeo junto al de Berlusconi. Triste papel el de Zapatero y el de Berlusconi, utilizados como mal ejemplo de gobierno y, además, negados por sus correligionarios.

Veremos qué pasa al final, porque Sarkozy remontaba algo en las últimas horas, pero a Madrid le viene bien una victoria de Hollande y algunos ministros lo reconocen en privado. Rajoy quedaría como un socio más relevante con la todopoderosa señora Merkel y, además, tendría en el socialista francés un aliado indirecto para moderar a la canciller. Así que Francia se la juega esta noche, pero España, Italia, Grecia y Portugal, aun gobernadas por conservadores, prefieren una victoria del socialista. Lo adelanta el sociólogo Sami Nair: «Hollande tendrá tres problemas que afrontar, a saber, el paro, la relación con la derecha alemana y la construcción europea».

Este probable resultado en Francia es de lo poco en lo que parecen estar de acuerdo Rajoy y Rubalcaba. En lo demás, poco o nada. No logran ni consensuar un nombre para presidir RTVE, que sigue deteriorándose a diario desgobernada por el surrealista método de una presidencia rotatoria, a razón de un consejero cada mes, método digno de estudiarse en las escuelas de negocios como despropósito.

Entretanto, las reformas prosiguen a diestro y, sobre todo, a siniestro. Las semanas en España ya no empiezan por un lunes sino por el viernes al mediodía, que es cuando habla la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y con sus noticias cambia el panorama de instituciones, empresas y familias. Felipe González, desde México, ha advertido que «la austeridad hasta la muerte solo conduce a la muerte. Y quien no crece no paga». Para González, Europa está cometiendo el mismo error que América Latina en la década 1995-2005 al interpretar la crisis de la deuda como un problema de solvencia hasta terminar generando un problema real de solvencia.

A Rajoy, que ya tiene bastantes frentes abiertos, solo le faltaba ahora la insurrección de algunos poderes autonómicos que no aceptan algunas de sus medidas económicas, especialmente Andalucía, Cataluña, País Vasco y Canarias. Todavía no sabemos quién gobernará en Asturias. El PP tiene más interés que antes en que esa autonomía no pase a manos socialistas para no incrementar el frente de rechazo a Rajoy.

La cuestión es reformar, pero no al ritmo impuesto por Alemania. Puede tomarse a broma, pero la canciller es de armas tomar, hasta el punto de que el expresidente José María Aznar, recién eliminado su Real Madrid del alma por el Bayern, le confiaba a un amigo: «De haberse presentado en la final de Múnich dos equipos españoles, con el Bayern liquidado, lo hubiéramos pagado muy caro». Alguien ciertamente tiene que ponerle límites a la supremacía alemana que se pretende en cualquier campo. Hollande, candidato inesperado que tuvo opciones gracias a los escándalos de Strauss-Khan, resulta que se ha convertido en la esperanza blanca de millones de franceses frente al supermán Sarkozy y de millones de europeos que en su mayoría entienden las reformas pero que no quieren desangrarse en la cirugía impuesta sin compensaciones de estímulo al crecimiento.


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