«Algo huele a podrido» para Esperanza Aguirre en el caso Bárcenas

Contudente, clara y sin pelos en la lengua. Estas son algunos de los adjetivos que podrían ser atribuidos a Esperanza Aguirre. Con el escándalo de Luis Bárcenas como una losa a espaldas del PP, la «lideresa», que emprende su nueva travesía profesional como cazatalentos, ha decido pronunciarse primero a través de su perfil de Twitter y hacer pública su firme postura ante la que podría ser la mayor trama de corrupción en la política española. Esperanza Aguirre ha afirmado que «uno de los efectos más nocivos y perversos de la acumulación de casos de corrupción que estamos viviendo es la desmoralización de la sociedad», para continuar sentenciando que «todos tenemos que tomar decisiones drásticas y ejemplares ante las acusaciones de corrupción que asedian a todos los partidos e instituciones». Estas dos afirmaciones están también incluidas en la página web de la expresidenta de la comunidad de Madrid. En él admite que la desmoralización de la ciudadanía viene dada «al contemplar cómo los dirigentes que han elegido democráticamente son acusados de traspasar los límites de lo legal, sienten que el código moral que han recibido de sus mayores se les resquebraja. Llegan a la conclusión de que ser honrados y cumplir las leyes no conduce a ninguna parte» y continúa afirmando que «los ciudadanos pueden llegar a la conclusión de que en España la única manera de progresar es carecer de principios y saltarse la Ley» para concluír admitiendo que tal desmoralización viene dada porque en España «algo huele a podrido».

La clave estaría en la intervención de Rajoy durante el Comité Ejecutivo Nacional del pasado sábado en la que negaba cualquier tipo de cobro en negro, y que fue refrendada por el comité ejecutivo a excepción del bando díscolo en el que se encuentra Esperanza Aguirre, que no entiende por qué nadie se ha querellado todavía contra el extesorero Luis Bárcenas. He ahí la cuestión.