Rubalcaba busca al menos el empate el 25-M
España
Si en las elecciones europeas no logra ni siquiera quedar en tablas con el PP, el líder socialista entrará en la antesala del cese o la dimisión
02 Mar 2014. Actualizado a las 07:00 h.
Con la moral del extremo del Alcoyano, que sacaba un córner y acudía él mismo al remate, Rubalcaba busca desesperadamente el empate frente al PP. Si lo consigue, habrá partido, lo que significa que le quedaría alguna opción en las primarias socialistas de noviembre y, quien sabe, si en las elecciones del 2015 frente a Rajoy. En política todo puede cambiar en un mes, así que dos años y medio son una eternidad. De lo contrario, si el 25 de mayo próximo Rubalcaba, en las elecciones europeas, no logra ni siquiera el empate frente al PP, entrará en la antesala del cese o la dimisión, como esos entrenadores que no acaban la temporada.
Por Rubalcaba ya se oficiaron funerales antes de la conferencia del PSOE el pasado mes de noviembre pero, contra pronóstico, salió reforzado. Lo mismo sucedió en el debate del estado de la nación de esta semana. Con el reglamento en contra, porque ese debate está diseñado para que lo gane quien tiene el poder, Rubalcaba no ganó, cierto, pero causó buena impresión. Ese arranque tan estudiado -«señor Presidente: ¿en qué país vive usted?»- y su discurso pronunciado sin leerlo, solo apoyado en notas, tratando de acercarse a las preocupaciones de la calle, dejaron la impresión en su partido de que Rubalcaba no está de salida. Estar, está y mientras hay vida. Carme Chacón, candidata al liderazgo, que no tenía papel ahora y además renunció a su escaño, se hizo presente a través de un artículo publicado ese día en el Miami Herald. Pero está demasiado lejos y, como decía en su día el cacique lucense Cacharro Pardo «moverse del sitio es peligrosísimo».
En ese debate mediáticamente centrado en el duelo de los dos grandes, al resto le quedaba solo el recurso del espectáculo. Por eso Izquierda Unida apareció con camisetas variadas para conseguir una foto, como prueba de su existencia, el diputado de Compromís con un objeto llamativo y así sucesivamente. De los vascos siempre se dirán unas líneas y, por desgracia para ellos, lo que más interesa es lo que digan sobre ETA, como de los catalanes cualquier referencia al referendo de soberanía y sus derivadas. Solo Rosa Díez consiguió que se aprobara una moción de su cosecha, en una de las pocas concesiones que hizo el PP.
El problema principal que se adivina para el 25 de mayo es que el posible empate de PSOE y PP, que algunas encuestas auguran, se produzca sobre la base de una decadencia electoral compartida. «No hay otra situación que se recuerde de tanto desplome de los dos principales partidos, ni en España ni en otro país. Y cuando eso pasa se produce un «cambio drástico a continuación», advierte desde California el sociólogo Manuel Castells, alarmado por ese declive en la intención de voto de populares y socialistas. A saber que cambio drástico puede producirse. La peligrosa ocurrencia socialista de abrir las primarias a los simpatizantes sin condiciones ni siquiera parece que vaya a interesar al electorado. Para elegir al candidato a eurodiputado que el PSC situará en las listas del PSOE no ha votado ni el quince por ciento de la militancia.
Además a Rubalcaba se le pueden complicar las cosas en las próximas semanas porque no todo su equipo sigue sus instrucciones tácticas. Ahí está el navarro Roberto Jimenez, capaz de cualquier cosa con tal desalojar del poder a la presidenta de UPN, Yolanda Barcina. La inquina personal entre ambos políticos es irreconciliable y un drama para Navarra, comunidad con una fractura interna profunda entre los partidos constitucionalistas -UPN, PSOE y Partido Popular- y los que prefieren la anexión al Pais Vasco. Jiménez presiona a Barcina y Barcina a Rubalcaba. Ciertamente no se lo ponen fácil. A ver que inventa para evitar un posible gol en propia puerta que le haría aún más difícil el soñado empate en los comicios europeos.