El ministro de Justicia califica el 9-N de «simulacro inútil y estéril»
España
Rafael Catalá acusa a Artur Mas de promover esta jornada para «ocultar su fracaso»
09 Nov 2014. Actualizado a las 21:57 h.
Las reacciones al proceso participativo convocado por la Generalitat de Cataluña este domingo se han sucedido a lo largo del día. Tras el cierre a las 20.00 horas de los centros de participación, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha sido uno de los primeros en hablar en una comparecencia pública y sin preguntas para calificar el 9-N de «simulacro inútil y estéril» que carece de cualquier tipo de validez democrática y que solo ha servido para «exacerbar» la división entre los catalanes y tensar las relaciones públicas.
El ministro, que no ha aceptado preguntas en su comparecencia, ha acusado al presidente de la Generalitat, Artur Mas, de haber promovido esta jornada para «ocultar su fracaso» de no haber podido celebrar la verdadera consulta y ha recordado que la Fiscalía recaba datos para ver si existen responsabilidades penales y, de ser así, actuar en los próximos días.
A juicio del Ejecutivo y en boca de Catalá se ha desarrollado una «jornada de propaganda política, organizada por fuerzas partidarias de la independencia y carente de cualquier tipo de validez democrática». El ministro de Justicia ha recordado que España es un régimen democrático consolidado, con libertad de expresión y manifestación, y en el que las consultas a la ciudadanía se rigen por estrictas normas para garantizar la imparcialidad y la legalidad, dos requisitos que no se han dado en la jornada dl 9-N.
En ese sentido, ha indicado que el proceso se ha llevado a cabo al margen de cualquier marco jurídico, no tiene amparo ni en las leyes catalanas ni en un decreto de convocatoria y sus promotores han renunciado a la neutralidad, «convertidos en juez y parte del proceso» y sin ni siquiera garantizar la igualdad de los catalanes ante el mismo. Por ello, ha insistido en que se trata de un acto de «pura propaganda», sin efectos jurídicos y que «sólo ha servido para exacerbar la división entre los catalanes, para tensar las relaciones políticas dentro y fuera de Cataluña.
«Dificulta el futuro»
A lo largo del día el Gobierno ha seguido en la misma línea que Catalá al considerar de «inútil» el «ejercicio antidemocrático» que se está desarrollando hoy en Cataluña y estima que el comportamiento del presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante la jornada «dificulta mucho el futuro».
Según han subrayado a Efe fuentes del Ejecutivo, el proceso que se está viviendo en Cataluña no tiene efectos jurídicos y no va a suponer ninguna ventaja política para el presidente de la Generalitat.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está siguiendo desde su despacho el 9N y está siendo constantemente informado del desarrollo del mismo.
Así, ha conocido las declaraciones del presidente de la Generalitat en las que, tras depositar su voto en el proceso que se celebra hoy en Cataluña, ha asumido totalmente la responsabilidad de abrir los colegios en los que se han colocado las urnas de votación y le ha pedido que se abra a negociar un referéndum «acordado».
Las fuentes del Gobierno han reiterado que lo que está ocurriendo hoy en Cataluña no es una consulta.
En ello insistió ayer Rajoy en un acto del PP en Cáceres en el que señaló que «se le podrá llamar como se quiera, pero ni es un referéndum, ni es una consulta, ni es nada que se le parezca» y «no produce efecto alguno».
Además, garantizó que mientras él sea presidente del Gobierno la soberanía nacional estará a salvo e instó a Artur Mas a «recuperar la cordura» a partir de mañana.
Sin embargo, la actitud que está teniendo durante la jornada de hoy el presidente de la Generalitat llevan al Gobierno a lamentar que, en vez de ir hacia esa vía, esté dificultando mucho el futuro que se abre tras esta jornada.
Mas, además de reiterar que se hace responsable del 9N, ha asegurado hoy que no entiende que Rajoy diga que no se está celebrando ni un referéndum ni una consulta y, al mismo tiempo, actúe la Fiscalía.
La Fiscalía Superior de Cataluña pidió ayer a la Generalitat que diga si ha ordenado ceder escuelas para el 9N y a los Mossos d'Esquadra que identificaran a los responsables de la apertura de locales públicos que se usan hoy como puntos de votación.
El Gobierno lamenta la actitud que está teniendo Mas después de que el pasado viernes, por boca de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, le conminara a no poner a los ciudadanos en la tesitura de tener que incumplir las leyes.
Por ello, le pidió prudencia y que no propiciara que ningún funcionario ni ningún responsable político tuviera que tomar decisiones que le generaran «la más mínima intranquilidad».
La advertencia del Gobierno de que el comportamiento que está teniendo hoy Mas dificulta el futuro puede condicionar la respuesta que en su momento dé a la carta que el presidente de la Generalitat anunció días atrás que enviaría a Rajoy una vez celebrado el 9N.
Mas no ha querido hoy dar nuevos detalles del contenido de esa carta que le remitirá en los próximos días, pero el pasado miércoles avanzó que en ella haría un balance del 9N, se abriría a hablar con el presidente del Gobierno sobre los veintitrés puntos que le trasladó en su última reunión en julio y le plantearía que se puede hacer un referéndum soberanista «definitivo» y «acordado» con el Estado al «estilo británico».
Rajoy ha mostrado en numerosas intervenciones públicas su disposición al diálogo con Artur Mas, pero siempre desde la premisa del respeto a la ley y la Constitución.