La Voz de Galicia

José Bono recurrió a Julio Iglesias para mejorar las relaciones con Estados Unidos

España

Europa Press

El exministro cuenta en un libro que tras las tensiones por la retirada de las tropas de Irak llamó al cantante y le pidió que «como buen patriota» ayudase a España. El resultado de sus contactos con Kissinger y el diseñador Óscar de la Renta fue, según el socialista, «un milagro laico»

10 Mar 2015. Actualizado a las 20:57 h.

El exministro de Defensa José Bono recurrió al cantante Julio Iglesias, dadas sus «buenas relaciones» con la Casa Blanca, para que mediara con el Gobierno de Estados Unidos en la mejora de las relaciones con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Y el resultado fue «un milagro laico, de Iglesias».

El que también fuera presidente del Congreso narra este episodio en su libro Diario de un ministro. De la tragedia del 11-M al desafío independentista catalán, que ha presentado este martes en Madrid ante la prensa, y en el que relata sus años al frente del Departamento de Defensa, entre el 2004 y el 2006.

Después de meses de tensiones, principalmente por la retirada de las tropas españolas de Irak, en abril del 2015, se entera de las buenas relaciones del cantante Julio Iglesias con la Casa Blanca y le llama. «Como buen patriota, te ruego que ayudes a España en sus relaciones con los norteamericanos». En concreto, según explica en su libro, le pide que traslade a sus amigos el «sincero deseo» del Gobierno español de que las relaciones bilaterales mejoren. Bono tenía previsto viajar a Estados Unidos oficialmente y no quería que su visita se malograra por «recelos o prejuicios». 

Según cuenta José Bono en su libro, Rumsfled explicó a Kissinger que estaba «muy disgustado» por las ventas de barcos de España a Venezuela, pero aseguró que mostraría «de manera muy clara» su intención de mejorar el trato con España.

En el origen de la tirantez en las relaciones bilaterales también estaba la decisión de Rodríguez Zapatero de no levantarse ante la bandera de Estados Unidos en el desfile del 12 de octubre en 2003. Esta fue la justificación además para que el entonces embajador norteamericano en España, George Argyros, no acudiera al desfile en el año 2004. Así lo señaló Argyros en una «nota» pocos días después, que causó enfado en el presidente Rodríguez Zapatero.

Bono habló con el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, quien le explicó que había comido con el Rey y con el embajador, que se había comprometido a hacer una «declaración amable desmintiendo lo dicho». «Pero debo decirte que el embajador llevaba unas copas de más», apuntó Moratinos.

Bono citó a Argyros y solicitó un informe que desveló que realmente no asistió al desfile porque «estaba de caza en una finca de Juan Abelló». El embajador le dijo que había sido «un desliz verbal» que le animó a disculpar porque estaba «aprendiendo este oficio de embajadores». «Me pasa como a Zapatero, que no pensaba ganar las elecciones y ahora está aprendiendo un oficio que no esperaba ejercer», añadió Argyuros.

Chávez y su pasión por Isabel Pantoja

En su libro, el exministro de Defensa también cuenta otra anécdota relacionada con un artista español. En concreto, relata que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de visita en España, le comentó que le encantaría hablar con Isabel Pantoja y él logró localizar telefónicamente a la folclórica y colmar el deseo de su «entusiasta fan».

De sus relaciones con la Venezuela de Chávez también cuenta el desvío que tuvo que hacer en una gira por América Latina para asistir al cumpleaños de la hija de Chávez, Rosa Inés. El embajador español en este país le advirtió de que si no hacía esa escala era «muy probable» que el Gobierno venezolano no comprara material de defensa. Fue en esa visita cuando Chávez anunció su posterior viaje a España y se comprometió a hacer «un gesto de amistad» a España comprándole «aviones y patrulleras». «Pero los yanquis os van a joder el cuerpo», avisó.


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