El PP aclama al procesado Alfonso Grau en plena ofensiva contra la corrupción
España
Cospedal recuerda al dimitido vicealcalde de Valencia, implicado en el caso Nóos, en la presentación del programa electoral de las municipales
21 Mar 2015. Actualizado a las 19:07 h.
Nadie en la plana mayor del PP tiene dudas sobre cuál es el asunto que más ha perjudicado al partido y deteriorado su credibilidad en los últimos cuatro años. Ni los recortes, ni la crisis económica. Es la corrupción la que, según fuentes populares, ha «destrozado» la estructura férrea de la formación. Por eso extrañó a propios y ajenos que en Valencia, en uno de los territorios más afectados por los escándalos, la secretaria general del PP reconociera la labor de Alfonso Grau, exvicealcalde de la ciudad y procesado en el caso Nóos. «Yo le quiero decir a Rita y a todo su equipo: habéis hecho un gran trabajo, magnífico. Todos los que estáis aquí y Alfonso, que hoy no está, y yo le quiero mandar un abrazo en nombre de todos», sorprendió María Dolores de Cospedal.
Minutos antes había marcado la senda la candidata al Ayuntamiento valenciano, Rita Barberá, un «icono del PP», según Cospedal, que también recibió el cariño de la alcaldesa en uno de los momentos de mayor cuestionamiento interno. Barberá hizo suyo el discurso que pretenden potenciar los populares y se presentó como adalid de la gestión limpia y ética. «Levanto la bandera de la dignidad y la honestidad en la política. ¡Nada ha ocurrido en el Ayuntamiento de Valencia en 24 años, nada, ni tropelías ni corrupciones! En los 24 años sólo he visto a mi alrededor personas decentes y políticos honrados», defendió arrancando los aplausos del auditorio. Pero entre esos representantes honestos incluyó a Grau.
Quien fue la mano derecha de Barberá se vio obligado esta semana a abandonar su cargo en el consistorio después de que la Audiencia de Palma revocara la decisión del juez José Castro, estimara un recurso del grupo socialista en el Ayuntamiento y resolviera sentarle en el banquillo de los acusados en el marco de la instrucción sobre las actividades de la trama de Iñaki Urdangarín y Diego Torres. Un movimiento que Grau denunció como parte de una «cacería electoral». Fuentes de la dirección del PP justifican que a veces «se cometen injusticias», que sería mejor esperar a que los tribunales se pronuncien con una sentencia. Y en ese contexto entienden el apoyo de Cospedal.
Las referencias de la secretaria general y de Barberà contrastan, sin embargo, con el espíritu de las jornadas de estos dos días en Valencia, en las que se ha presentado un programa electoral especialmente severo frente a la corrupción, como quiso destacar esta semana el partido. Los populares prometen en el documento actuar «con la máxima prontitud, objetividad y rigor» cuando se detecten malas prácticas y no admitir que «nadie vuelva a incurrir en comportamientos corruptos».
Antiguo feudo
El historial de escándalos, entre ellos el caso Gürtel, que dejó en las filas populares un reguero de imputados y dimitidos en la Comunidad Valenciana, y la crisis económica han terminado por menguar las expectativas electorales del partido en la región. En la plaza que en otros tiempos fue uno de los feudos fuertes del PP y el sustento de Rajoy durante la crisis de liderazgo del 2008, todo se revisa con lupa. El presidente, Alberto Fabra, tras heredar el Gobierno de manos de Francisco Camps, avanzó su intención de ser «inflexible contra la corrupción» y esa es la «línea» roja que a principios de mes le recordaba a Grau.
Mariano Rajoy, sin embargo, no dijo de todo eso absolutamente nada. El jefe del Ejecutivo tan sólo arropó a Fabra por no haberse «arrugado» frente a las adversidades económicas y pronosticó tiempos mejores tras el «coraje y la garra» demostrados en «uno de los peores momentos de la crisis», dijo. También ensalzó las virtudes de quien se considera «su amiga», Barberá. Pero atrás quedan los días de entusiasmo derrochado en Valencia, de fotos conjuntas junto a Camps, cuando después de que estallara la polémica de los trajes, Rajoy no cuestionaba la honestidad de su barón. «Creo en ti y en lo que haces; siempre estaré detrás de ti, o delante, o a un lado», proclamó entonces el presidente. Aquello forma parte de un pasado del que ha salido escarmentado. Pero si en algún momento el PP pretendió mostrar hoy su imagen renovada, el asunto de Grau terminó por empañar el evento.