Nelson Mandela, el Pablo Iglesias africano, o Eddy Merckx, el Pablo Iglesias del ciclismo

Se llama Jeremy Corbyn es el nuevo líder del Partido Laborista británico. Tiene 66 años, es vegetariano y una barba blanca algo descuidada. Suele ir al trabajo en bicicleta. Y a pesar de que en los últimos días ha alcanzado una popularidad sin precedentes, cuenta con una amplia y notable trayectoria política, diputado por el barrio londinense de Islington desde hace más de 30 años.

De voz suave e indumentaria relajada, fue uno de los fundadores de la coalición Stop the War, el no a la guerra británico contra de la invasión de Irak en el 2003. Y se opone vehementemente a las políticas de austeridad, uno de los grandes puntos en común con otras formaciones políticas europeas alimentadas al abrigo de la crisis económica, como Syriza o Podemos.

Tan pronto como se conoció el resultado de las votaciones, el socialista Pedro Sánchez se apuró para felicitar en público a Corbyn y transmitirle sus intenciones de trabajar juntos en un futuro próximo. A Pablo Iglesias no le gustó que el secretario general del PSOE arrimase su ascua a la sardina, y lo acusó de estar muy lejos de sus políticas. Corbyn está de moda. Y todos quieren subirse al caballo ganador.

El secretario general de Podemos firma este lunes un artículo en la edición impresa del diario madrileño El País El Pablo Iglesias británico, una artículo de opinión con un titular en el que no solo intenta subirse a la buena ola, sino en el que transpira la idea de que él mismo la ha fabricado; que el veterano laborista ha prosperado gracias a mirarse en el espejo de Pablo Iglesias. Que Corbyn ha triunfado por pisar sus huellas. Su discípulo.

Las críticas no tardaron a aflorar y las redes sociales se llenaron de comentarios en los que se ironizaba con el exceso de ego. 

Pablo Iglesias salió a defenderse de las críticas a través de su cuenta de Twitter, acusando a El País de haber cambiado su titular. El artículose titulaba «¿Por qué todos hablan del 'Pablo Iglesias británico'? Algún duende hizo de las suyas». En la edición digital del diario el titular del artículo es ¿Por qué todos hablan del Pablo Iglesias británico?. 

Por su parte, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, también ha entrado en la polémica señalando que «el Podemos del Reino Unido no es Jeremy Corbyn» y ha criticado que Pablo Iglesias sostenga eso, «después de haber defendido hasta hace dos días que el juego entre derecha e izquierda era una estafa».

«¡Pero, bueno! ¿Cómo puedes decir eso, si has estado hasta hace dos días diciendo que eso era una estafa?», se ha preguntado Sánchez en una entrevista en Cuatro en alusión al artículo.

Tras señalar que los socialistas «se alegran» de que Corbyn haya sido elegido como líder del Partido Laborista, ha dicho que sus propuestas serán «bienvenidas» por el PSOE.

A este respecto, ha destacado que dos de las propuestas de Corbyn ya las llevaron a cabo los gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, con la nacionalización de la distribución eléctrica, el primero, y el segundo, con el «famoso Plan E, que ayudó mucho a crear empleo», ha afirmado.

Disculpas en Cataluña

Por otra parte, esta misma mañana el líder de Podemos se ha disculpado on los ofendidos por su referencia a las personas con orígenes fuera de Cataluña, y, frente a las críticas de soberanistas que le tacharon de etnicista, ha aclarado: «Quise decir que hay una parte de Cataluña que no suele votar y que es importante que vote».

Lo ha dicho al visitar a los trabajadores en huelga de la fábrica Valeo en Martorelles, al día siguiente de que unas 15 personas -entre las que se había miembros de la CUP- irrumpieran en su mitin para reprocharle que pida el voto a descendientes de andaluces y extremeños, por lo que le tacharon de «etnicista» y le replicaron que están orgullosos de los orígenes.

«Si ofendí a alguien lo siento muchísimo», se ha disculpado Iglesias este lunes, y ha emplazado a los ciudadanos a no confundir Podemos con un enemigo, porque es precisamente un aliado de los catalanes .

«Hemos hablado de los derechos nacionales de Cataluña, hemos dicho que defendemos el derecho a decidir y que siempre estaremos dispuestos a escuchar», ha recordado.

Pese a todo, Iglesias sospecha que detrás de las críticas están los que no quieren que se hable de barrios donde se vota menos y a cuyos vecinos les importan otros problemas, como los sociales.