El PP vasco, pendiente de la marcha de su presidenta tras ser desautorizada por Alonso

La crisis en el PP vasco continúa abierta desde que el pasado miércoles la presidenta del partido en esa comunidad, Arantza Quiroga, se vio obligada a retirar una moción -tras ser desautorizada por el ministro Alfonso Alonso- para crear una ponencia parlamentaria de Libertad y Convivencia en la que sustituía la exigencia de una «condena» a ETA por un «rechazo» a la violencia con el fin de facilitar un acuerdo entre todos los partidos, incluido EH Bildu, que recibió esta iniciativa con buenos ojos.

Desde entonces, Quiroga guarda silencio y el partido está pendiente de si dimite o continúa en el cargo. En cualquier caso, su futuro sigue pendiente de un hilo. Ayer tampoco asistió en Vitoria a la junta directiva del PP del País Vasco, convocada por una persona de su confianza, la secretaria general de los populares vascos, Nerea Llanos. Esta solo pudo decir que Quiroga estaba ayer en una reunión en Madrid, y le pidió que decida de forma «inmediata» si seguirá o no siendo la presidenta. Y advirtió de que el PP «está por encima de las personas», que estas «van y vienen» y que «relevos hay muchos».

Por su parte, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, aseguró que el futuro de Quiroga es seguir siendo la presidenta del Partido Popular del País Vasco y justifica que haya querido «descansar» durante unos días.

Duras fueron las críticas del presidente del PP de Guipúzcoa, Borja Sémper, quien además de denunciar la «torpeza» con la que se había gestionado la iniciativa parlamentaria impulsada por Quiroga y que después tuvo que retirar, dijo el lunes que cuando un político «recibe un portazo» o cuando su propuesta «es rechazada» no es «el momento de desaparecer». Sémper admitió sentir «vergüenza ajena» por el «espectáculo» que está dando el PP en los últimos días, en los que el jefe de prensa de Quiroga ni siquiera atiende las llamadas.