Sánchez da a elegir a Iglesias: el cambio o Rajoy
España
El debate de investidura, en imágenes
El líder socialista asume que no logrará ser investido, asegura que no hay una mayoría de izquierdas y mete presión a Podemos para que haga posible el «Gobierno del bien común»
02 Mar 2016. Actualizado a las 05:00 h.
Pedro Sánchez se enfrentó ayer a la primera sesión de una investidura imposible y, por tanto, fallida. Su acuerdo con Ciudadanos no suma ni de lejos los votos suficientes ni ha logrado que Podemos varíe su posición. «Mi fracaso hubiera sido rechazar el ofrecimiento del jefe del Estado», aseguró dando por hecho que no logrará su objetivo, al menos esta semana. «Todos sabemos de antemano el resultado de esta investidura», llegó a decir. Pero el líder socialista trató de aprovechar al máximo la tribuna única que le brindó la renuncia de Mariano Rajoy a presentarse y, además, la ventaja de hacerlo en solitario, gracias a la polémica estructura del debate que deja las demás intervenciones para hoy.
Sánchez hizo una enmienda a la totalidad de la gestión de Rajoy, le criticó por haber gobernado con «absolutismo» y trasladó toda la presión a Pablo Iglesias al plantear la investidura como una elección entre la continuidad del líder del PP o la formación de lo que llamó «Gobierno del bien común», presidido por él.
El debate de investidura, en imágenes
La próxima semana
Una y otra vez empleó la fórmula «todo esto lo podemos hacer la próxima semana», mientras iba desgranando la medidas de su pacto con Ciudadanos asumibles por la formación morada, como el plan de emergencia social, las que tienen que ver con la reconstrucción del Estado de bienestar o la derogación de la reforma laboral. «¿Por qué no podemos poner esto en marcha la próxima semana?», reiteró.
Hizo continuas llamadas al diálogo y el acuerdo, repitió hasta 57 la palabra cambio, pronunció frases como «una cesión no es una derrota, sino un puente hacia el entendimiento» y señaló que debe acabarse el tiempo de las «imposiciones y los frentismos» porque toca el de las «soluciones indispensables».
El candidato defendió el acuerdo con Rivera, al que dio las gracias por su «valentía» entre los aplausos irónicos y las burlas de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y los diputados de Podemos, pero significativamente omitió cualquier referencia a la supresión de las diputaciones. Defendió que ese pacto es el mejor posible en las actuales circunstancias. «Hasta la peor de las medidas en nuestro acuerdo con Ciudadanos es mejor que mantener al señor Rajoy en funciones otros dos meses», sostuvo el dirigente del PSOE.
Quiso dejar claro que la izquierda, es decir los socialistas más Podemos y sus confluencias, Compromís e IU, no suman suficientes escaños -en total, son 161- para formar una mayoría de gobierno. De esta forma enviaba el mensaje a Iglesias de que la opción que propugna debe contar necesariamente con los independentistas catalanes, a lo que Sánchez no está dispuesto y que el comité federal marcó como una línea roja para negociar. Por lo tanto, su conclusión fue que la única alternativa para lograr el cambio es que Podemos se sume al PSOE y Ciudadanos. «Resultará muy difícil explicarles a los españoles por qué no somos capaces de llevarlo adelante», afirmó.
«Dieciocho millones de españoles y españoles votaron por la no continuidad del actual Gobierno. Dieciocho millones de españoles esperan un Gobierno distinto, que repare las consecuencias de los errores que se han cometido y abra camino a otras, y mejores, políticas», afirmó.
Dónde está cada uno
En esta primera intervención no quiso hacer sangre con la corrupción atacando a Rajoy. «En los últimos años, la corrupción ha alcanzado un nivel insoportable, los escándalos se amontonan hasta convertirse en algo cotidiano», afirmó, y añadió que no quería caer en el «y tú más».
«Hoy no estamos en campaña electoral», aseguró. Pero Sánchez pretendió dejar la pelota en el tejado de Iglesias, al que apuntó directamente como el culpable si hay nuevas elecciones. Al final de su discurso resumió su propuesta en tres acciones: sacar a España de la situación de bloqueo en la que se encuentra, poner en marcha el cambio que esperan millones de españoles y arrancar a la velocidad que conjuntamente decidamos, pero avanzar. «Y a esta pregunta tendremos que responder sencillamente sí o no. En ese momento sabremos dónde realmente está cada uno», finalizó.