El jefe de la Guardia Civil durante el 1-O acusa a los Mossos de espiarles y de oponer resistencia
España
Ángel Gozalo relata ante el Tribunal Supremo la «actitud de pasividad» de la policía autonómica durante el referendo ilegal en Cataluña. El jefe de la Policía Nacional, el comisario Trapote, ha declarado que los concentrados en los colegios eran principalmente individuos con una «alta virulencia, perfectamente organizados»
07 Mar 2019. Actualizado a las 20:59 h.
El jefe de la Guardia Civil en Cataluña el 1-O, Ángel Gozalo, ha acusado hoy a los Mossos d'Esquadra de hacer ese día seguimientos a sus unidades y de oponer resistencia cuando iban a intervenir en algunos centros, además de rechazar ayudarles cuando se lo pidieron y mantener una actitud general de pasividad, informa Efe. Gozalo ha resaltado que la «sombra de duda» sobre la posibilidad de que los Mossos d'Esquadra fuesen a cumplir la orden judicial de impedir la votación comenzó ya a mediados de septiembre, cuando la Policía Nacional y el Instituto Armado participaron en otras operaciones relacionadas con la prohibición.
Durante su declaración como testigo en el juicio por el proceso independentista en el Tribunal Supremo, Gozalo ha citado dos ejemplos: el registro en Unipost el 19 de septiembre, cuando los Mossos tardaron 40 minutos en responder a la petición de ayuda y aún más en aportar efectivos, y el asedio a la Consellería de Economía el 20 de septiembre, cuando no intervinieron para acordonar la zona.
Fue tras esos dos incidentes cuando, según el teniente general, se dieron cuenta de que algo estaba «fallando». «Todo sumaba», ha remarcado tras relatar los acontecimientos que les llevaron a dudar del compromiso de los Mossos para impedir la celebración del referéndum, informa Europa Press.
Según su versión, esta actitud de la policía autonómica se vio después el 1 de octubre, cuando los agentes mostraron una «actitud de pasividad» e incluso en algunos casos puntuales ofrecieron «alguna resistencia», lo cual fue incorporado a los atestados de Policía Nacional y Guardia Civil.
Además, ha asegurado que los policías y guardias civiles se percataron de que en los alrededores de los locales de votación hubo vehículos de los Mossos «tomando referencias de salidas» para informar de los «movimientos» de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El jefe de la Policía dice que hubo que recurrir al «plan B» ante la inacción de los Mossos
El máximo responsable de la Policía Nacional en Cataluña el 1-O, el comisario Sebastián Trapote ha confirmado hoy durante su declaración en el juicio en el Tribunal Supremo el relato de sus superiores al señalar que en la mañana de la jornada del referéndum tuvieron que poner en marcha «el plan b» que habían previsto ante la falta de actuación de los Mossos d'Escuadra, consistente en sustituir a la fuerza policial autonómica.
A preguntas de la representante de la abogada del Estado, Trapote ha llegado a calificar de «utopía» que dos o tres mossos por colegio fueran suficientes para cumplir con el mandato del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de evitar las votaciones y requisar el material, mientras que a preguntas del abogado Javier Ortega Smith, que ejerce la acusación popular en representación de Vox, ha resumido: «Hicieron un dispositivo, pero enfocado sobre todo a salvaguardar la seguridad colectiva, y es imposible que con ese dispositivo y esos efectivos pudieran hacer cualquier tipo de intervención en un colegio».
Trapote ha calificado de «pasiva» la actuación de los mossos porque «los centros estaban abiertos y las vísperas habían sido utilizadas para actividades lúdicas y hasta se pernoctó por la noche», por lo que preguntado por la fiscal Consuelo Madrigal ha subrayado que no cree que la labor de los agentes autonómicos fuera eficaz, informa Europa Press
Preguntado sobre cuáles fueron los principios de actuación de la Policía en aquella jornada, Trapote ha respondido que el dispositivo era de «especial sensibilidad», ya que tenían que conjugar dos factores, «garantizar la seguridad colectiva y por otro lado dar cumplimiento a un mandato judicial».
Trapote ha denunciado la violencia ese día de algunos concentrados, que formaron «cadenas humanas» y agredieron a agentes para impedir su entrada a puntos de votación y aún eran más agresivos a su salida porque estaban «cabreados y enrabietados», informa Efe. También ha destacado que el 1-O, pese a que en algunos colegios había también niños y ancianos, los concentrados eran principalmente individuos con una «alta virulencia, perfectamente organizados» para intentar boicotear que la Policía cumpliera con la orden judicial de impedir el referéndum.