La Voz de Galicia

A la independencia solo se llega por la tecnología Android

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ana balseiro madrid / la voz

La aplicación con la que los secesionistas organizan las protestas no se puede instalar en los iPhone

18 Oct 2019. Actualizado a las 07:11 h.

«¿Y los que tenemos iPhone, qué?». Esa era la pregunta que este jueves se repetía en la cuenta de Twitter de Tsunami Democràtic, la nueva máscara tras la que se oculta el secesionismo, y que desde el lunes utiliza una herramienta informática para organizar las protestas masivas en Cataluña contra la sentencia del procés.

La pregunta de las redes obedece precisamente al hecho de que la citada aplicación solo es compatible con Android, el sistema operativo desarrollado por Google, pero no con el de los teléfonos de Apple, lo que excluye de su uso a gran cantidad de usuarios, que se quejaban en las redes sociales, en respuesta a la arenga de la plataforma independentista para que más gente se descargase la aplicación. «Seamos más. Preparémonos bien. Esto va para largo y cada acción debe ser una victoria. Descárgate la aplicación», invitaba ayer Tsunami Democràtic. «Somos muchos con iPhone. Espero que informéis por otros canales» o «haced la dichosa app para iPhone y podremos ser más. Podremos compartir más QR y hacer más cosas. Y si no es posible una app para iOS 100 %, buscad otra opción. Lo que no puede ser es que estemos divididos por esta tontería», eran algunas de las respuestas.

¿Cuál el problema? Básicamente que el sistema operativo de Apple no permitiría instalarla, por lo que los desarrolladores de la misma solo la han diseñado para Android.

«La política de la App Store es muy restrictiva -ya han censurado aplicaciones similares en las movilizaciones de Hong Kong- y es muy difícil instalar aplicaciones sin ponerlas en la App Store. Aun así, estamos explorando la posibilidad de que esté disponible más adelante», explicaba la plataforma el miércoles en un documento de preguntas y respuestas.

En cualquier caso, la app tampoco está disponible en la tienda virtual de Google y, para descargarla, es necesario hacerlo desde una web específica, donde hay dos versiones, ambas para Android. 

Opacidad extrema

Lo que se persigue es una opacidad extrema para preservar la identidad de quienes están detrás del colectivo que organiza las protestas. Por ello, para acceder a la aplicación es preciso escanear con la cámara del móvil un código QR, tras lo que el usuario accederá a las entrañas de dónde, cuándo y de qué modo se producen las movilizaciones, además de poder alertar de presencia policial.

Sin embargo, a los buscadísimos QR solo se llega por la vía de la confianza, es decir, de alguien cercano que lo tenga y lo comparta. Y no es fácil. El código convierte a quien lo comparte en una especie de nodo del que dependen el resto de usuarios, y si se detecta un infiltrado, se le cierra el acceso.

Para los expertos, que han calificado de sofisticada la tecnología de la aplicación, esta plantea, sin embargo, muchas dudas sobre seguridad y legalidad. Como resume el bufete Almeida, «si alguien te regala una app que accede a la cámara de tu móvil, a su memoria interna y a su grabadora, y además no te informa de tus derechos del reglamento general de protección de datos, el regalo eres tú».

Los «infiltrados» que agitan las protestas callejeras tienen nombre 

Los violentos disturbios de los últimos días en las calles de Barcelona llevan el sello de los Comités de Defensa de la República (CDR). Pero Quim Torra insiste en atribuir los altercados a «grupos de infiltrados y de provocadores». ¿Quiénes son los protagonistas de las protestas que están sacudiendo Cataluña desde el lunes?

Se trata básicamente de jóvenes, entre ellos menores de edad, que en ocasiones van encapuchados y que, a diferencia de otros disturbios ocurridos en los últimos años en Barcelona, buscan el enfrentamiento con la policía. Pese a las insinuaciones conspirativas que apuntan a que las imágenes de barricadas, lanzamiento de objetos contra los agentes y contenedores quemados son obra de «infiltrados», las organizaciones de la izquierda independentista vinculadas a la CUP no han tenido inconveniente en reivindicar las acciones públicamente. Endavant, una de las principales organizaciones de la CUP, emitió un comunicado en el que justificaba las protestas y las hacía suyas: .

La protesta juvenil en las calles es ovacionada asimismo desde las redes sociales por el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC), igualmente vinculado a la izquierda independentista, que, tras salir Torra en televisión para pedir «serenidad» y exigir que se detengan «ahora mismo» los disturbios callejeros, replicó desde Twitter: «Esto se detendrá cuando el movimiento popular decida».

El SEPC se felicitó asimismo por las protestas en Manresa colgando una foto de contenedores ardiendo, junto al mensaje: «¡Manresa en llamas! ¡Continuemos con la revuelta!».

Desde Arran, organización juvenil vinculada a la CUP, dieron difusión a la convocatoria del miércoles de los CDR en Barcelona y han ido volcando en las redes sociales vídeos, fotografías y mensajes sobre las protestas nocturnas en distintas ciudades catalanas.

El lunes, nada más conocerse la sentencia, la nueva plataforma Tsunami Democràtic se activó para canalizar las protestas, y su plan surtió efecto, ya que los llamamientos a colapsar el aeropuerto de El Prat fueron seguidos por miles de personas, animadas asimismo por los CDR, que se sumaron a la convocatoria.

Tsunami Democràtic -cuya dirección es también secreta y promueve acciones de «desobediencia civil» desde la «no violencia»- contó desde su nacimiento, este verano, con el aval de las fuerzas independentistas mayoritarias, JxC y ERC.

Sus impulsores pretenden dar a las movilizaciones un tono más contundente que las manifestaciones organizadas por la ANC y Òmnium Cultural, pero evitando imágenes de violencia y los choques que a menudo han protagonizado los CDR con los cuerpos policiales.


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