La Voz de Galicia

Lecciones de los comicios del covid

España

Manuel Varela Redacción / La Voz

Cataluña celebra las terceras elecciones en el país durante la pandemia. En Galicia, la participación en julio fue mayor en zonas envejecidas

14 Feb 2021. Actualizado a las 18:58 h.

A seis días de las elecciones al Parlamento de Galicia, parte de A Mariña quedó aislada por un brote que afectaba, principalmente, a Burela. Tanto el BNG como el alcalde burelense, el socialista Alfredo Llano, defendieron aplazar los comicios en esta zona, a lo que la Xunta se negó alegando que ir a votar sería tan seguro «como ir á farmacia». El Sergas comunicó el día 10 de julio, dos días antes de ir a las urnas, 182 casos activos en A Mariña, si bien no ofrecía datos de incidencia acumulada. Sí lo hacía para el conjunto de Galicia, donde apenas llegaba a diez por cada 100.000 habitantes. Los catalanes se plantan en las elecciones de mañana con una próxima a 390.

Los comicios en Cataluña serán los terceros que se celebran en España durante la pandemia. A los tres procesos les preceden las críticas y prudencias sobre su celebración. Tanto las vascas como las gallegas fueron aplazadas tras decretarse el estado de alarma de marzo, un hito sin precedentes en democracia. Y también les rodea la incertidumbre sobre cómo se comportará el electorado, más aún en Cataluña, donde ningún partido tiene asegurado ser primera fuerza como ocurría en Galicia y País Vasco.

Menos participación

En las elecciones de julio hubo un descenso de la participación en ambos casos, especialmente en las vascas, donde la abstención creció cerca de diez puntos. Sin contar con el voto exterior, en el que además de las irregularidades para enviar las papeletas solo participó el 1,2 % del censo en el extranjero, la abstención en Galicia se incrementó en menos de cinco puntos.

Por concellos, la participación se redujo en 285 entidades locales, desplomándose en más de 12 puntos en O Valadouro, Parada de Sil y O Bolo. En la mayoría, la abstención aumentó por debajo de los cinco puntos. En otros 26 ayuntamientos, como A Fonsagrada o Mazaricos, hubo más personas que fueron a votar.

El virus se cebó desde un principio con la población de mayor edad, por lo que una de las preocupaciones durante la campaña gallega fue que una porción importante del censo no acudiese a votar por temor a los contagios. El recuento electoral permitió comprobar que no solo hubo más participación en los barrios con medias de edad más altas, sino que en las zonas de población más joven fue considerablemente inferior.

En Galicia existen más de 2.100 secciones censales que dividen el territorio, pueden ser manzanas, barrios o hasta municipios enteros en función de su población. En solo 137, el censo tiene una media de edad inferior a los 40 años, un dato que pone de manifiesto el envejecimiento de la población gallega. La mayoría de estas secciones están en las ciudades y su entorno, incluyendo concellos como Ames, Culleredo o Salceda de Caselas.

La más joven está en A Coruña, en el barrio de Novo Mesoiro, la única donde la media no alcanza los 30 años. La abstención fue del 41,15 % allí. La más envejecida de Galicia está en A Pobra do Brollón, en Ourense, donde la mayoría de los vecinos superan los 63 años. En este caso, la abstención fue ocho puntos inferior.

Si se agrupan todas estas secciones censales por grupos de edad, algo más del 38 % de los menores de 40 años decidieron no votar en las elecciones gallegas. El porcentaje se va reduciendo hasta llegar a los mayores de 55 años, que registran una abstención media del 32,8 %.

La situación sanitaria supuso también entonces que se disparase el número de demandantes de voto por correo. Se admitieron unos 80.000 sobres, casi el doble que cuatro años antes.

El Gobierno sale reforzado

El Partido Popular reforzó su ventaja sobre la oposición en las elecciones gallegas. También lo hizo el PNV en el País Vasco. Los dos bajaron en número de votos, pero sumaron más escaños que en el 2016. El electorado apostó por la continuidad de sus gobiernos autonómicos para gestionar la pandemia. En el caso gallego, los populares mejoraron sus resultados del 2016 en 162 concellos.

Pero los votantes también se decantaron por impulsar una de las opciones de izquierdas entre la fragmentada oposición. EH Bildu sumó 24.000 votos más, frente a los 4.000 que perdieron los socialistas vascos. Podemos se dejó más de la mitad de los que obtuvo en el 2016 y la coalición de populares y Ciudadanos restó 68.000.

El vuelco fue aún mayor en Galicia, donde la marca de Unidas Podemos desapareció del Parlamento y el BNG se aupó como segunda fuerza, cimentando el sorpasso a los socialistas en todo el territorio, al crecer en 312 de los 313 concellos. Los nacionalistas recibieron 190.691 votos más que cuatro años antes. El PSdeG se mantuvo con el mismo número de diputados y 3.000 votos menos. En Cataluña son precisamente los socialistas quienes apuntan a crecer en detrimento de otras fuerzas como Ciudadanos.

En las elecciones en el País Vasco y Galicia, el electorado evitó la dispersión del voto, dando lugar a Parlamentos con menos siglas y consolidando a un único partido al frente de la oposición, figura que en los comicios gallegos del 2016 compartieron PSdeG y En Marea. En Cataluña, en cambio, hasta nueve fuerzas tienen opciones de lograr escaños.

La Xunta prohibió a contagiados y sospechosos acudir a los colegios

 

A diferencia de lo que ocurrirá mañana, cuando de 19.00 a 20.00 horas se espera que acudan a los colegios las personas en cuarentena por covid, en Galicia se prohibió que fuesen a votar electores en esta situación. En total fueron unos 300 censados, que habían dado positivo por coronavirus o eran sospechosos de padecer la enfermedad. La Xunta advirtió por teléfono a todos ellos para que no fuesen a votar el 12 de julio. Incumplir la orden suponía una infracción de la Lei de Saúde por desobediencia a las autoridades sanitarias. Aún así, no se organizó un dispositivo especial de vigilancia para estos casos. «Apelamos á súa responsabilidade para que non poñan en risco a súa saúde a as dos demais», señaló entonces el vicepresidente Alfonso Rueda. A pesar de las reticencias a formar parte de las mesas por interactuar con positivos, el Gobierno catalán afirmó que el 99,9 % de estas están aseguradas.


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