Cantantes entre rejas en Francia y Alemania
España
El rapero galo Maka y el vocalista de la banda de rock alemana Landser acabaron en la cárcel por incitar al odio con sus letras
20 Feb 2021. Actualizado a las 16:01 h.
Nadie puede batir a los nativos en una extraña competición: los españoles son los campeones del mundo a la hora de afirmar que su país es el peor en cualquier disciplina que se lo proponga. Esta semana, tras la entrada en prisión del rapero Pablo Hasel por enaltecimiento del terrorismo, ha sido el turno de proclamar a la cuarta potencia económica de la eurozona como el único Estado de Occidente que encarcela a músicos. Incluso se ha manejado un ránking —del que nadie ha concretado datos ni procedencia— según el cual España sería la nación del mundo «con más artistas encarcelados», por delante incluso de dictaduras consolidadas como China.
¿Es realmente España el único país de la Unión Europea con una legislación que contempla penas de cárcel por hacer apología del terrorismo o incitar al odio? A pesar de la afición de los españoles a fustigarse, en esto, como en tantos otros asuntos, España no es una excepción. Veamos dos casos recientes de músicos enviados a prisión en Francia y Alemania por el contenido de sus letras.
El pasado noviembre, un juzgado de Meaux condenó al rapero francés Maka (de tan solo 18 años) a una pena de 15 meses de prisión por apología del terrorismo. La razón: la canción Samuel Paty, y su correspondiente clip, en la que el cantante se mofaba de la decapitación del profesor de instituto Samuel Paty, asesinado apenas un mes antes de la publicación del vídeo por un joven yihadista. El terrorista acabó con la vida de Paty porque en una clase sobre libertad de expresión este había mostrado a sus alumnos una de las caricaturas de Mahoma publicadas por la revista Charlie Hebdo. A Maka le pareció ocurrente rapear «Se corta como a Samuel Paty, sin empatía» rodeado de jóvenes empuñando machetas y sierras. El tribunal no apreció talento en ese verso, sino apología del terrorismo.
Organización criminal
El paradigma europeo de la contundencia judicial en respuesta a la propagación del odio es Alemania. En el 2003, la banda de rock neonazi Landser fue declarada «organización criminal» por un tribunal de Berlín. Su vocalista, Michael Regener, fue condenado a tres años y cuatro meses de cárcel por «incitar al odio racial» y «desestabilizar la cohesión social» con sus canciones. Sus álbumes fueron prohibidos y en Alemania solo se permite la reedición de algunos recopilatorios que incluyen las letras no censuradas por la Justicia. Los discos circulan por escondrijos de Internet y mercados con legislaciones más permisivas en esta materia, como el Reino Unido.
Landser, que significa «soldado raso» en alemán, era el segundo nombre de un banda llamada originalmente Endlösung («la solución final», eufemismo con el que los nazis se referían al Holocausto). Sus letras evocan como héroes a jerarcas nazis como Rudolf Hess y destilan odio a los judíos, los homosexuales y, en general, a todas las minorías. En el 2008, Regener salió de prisión, pero ha desaparecido de la escena musical.