La Voz de Galicia

ERC y Junts se reparten el poder ante la presión de las fuerzas secesionistas

España

Cristian Reino Barcelona / Colpisa
Pere Aragonès y Jordi Sánchez, tras firmar el acuerdo para un Gobierno de coalición en la Generalitat

JxCat se queda las carteras centrales y a cambio Puigdemont no tutelará a Aragonès

17 May 2021. Actualizado a las 21:02 h.

El Gobierno catalán saldrá en breve del largo período de interinidad en el que se encuentra desde que fue inhabilitado Quim Torra. Ocho meses después, Cataluña tendrá presidente. Será Pere Aragonès, de Esquerra Republicana, tras el acuerdo sellado este lunes por su partido y Junts. Después de tres meses de duras y enrevesadas negociaciones, y cuando estaban cerca de precipitarse por el acantilado de una repetición electoral, han pactado reeditar un Gobierno secesionista, la «nueva Generalitat republicana», lo bautizó Aragonès. Hay tres consejerías nuevas, la presidencia recae en ERC y Junts asume, en teoría, un papel secundario, aunque gestionará las carteras de mayor peso.

 

Aragonès será el nuevo rostro del independentismo, junto a Elsa Artadi, que será la vicepresidenta y titular de Economía y Hacienda, el cargo que desempeñaba Aragonès. Artadi controlará la elaboración de los presupuestos y los posconvergentes liderarán las carteras de mayor gasto, como Salud e Infraestructuras.

ERC ha tenido que ceder las grandes áreas a cambio de que Puigdemont renunciase a tutelar al presidente de la Generalitat. Los republicanos destacaron este punto como su principal logro. Las funciones del Consejo para la República se quedan en suspenso, a la espera de que conformen «un nuevo espacio» de coordinación estratégica, una especie de alto mando, donde entre ERC, Junts, CUP, ANC y Òmnium decidirán sobre la hoja de ruta soberanista. Por primera vez desde el 2016, Puigdemont no asumirá el liderazgo estratégico.

ERC cedió también en su intención de gobernar en solitario.

Aragonès, como futuro presidente de la Generalitat, y Jordi Sànchez, como secretario general de Junts, presentaron en Barcelona el acuerdo, que aún tiene que ser ratificado por las bases de JxCat. No se esperan sorpresas y fuentes republicanas situaban la investidura el viernes. La CUP, que tiene un acuerdo con ERC, confirmó su apoyo al candidato.

Crisis y «procés»

El Gobierno de Aragonès, que nace con catorce consejerías, será paritario y reestructura competencias del actual Ejecutivo. Girará en torno a dos ejes: gestión económica y social de la crisis provocada por el covid y de la pospandemia y la cuestión soberanista, con la reivindicación de la autodeterminación y la amnistía. El Ejecutivo se declara independentista, avisa que su objetivo es avanzar hacia la secesión y garantiza que no decepcionará a sus votantes, un 52 % de los que acudieron a las urnas el 14 de febrero. Su estrategia pasa por la mesa de diálogo, que el Gobierno y la Generalitat iniciaron en la pasada legislatura y que quedó en el congelador tras el estallido de la pandemia. La intención es acordar con la Moncloa la reanudación inmediata del diálogo con la cuestión de los indultos como primera piedra de toque. En principio, ERC, Junts y la CUP están de acuerdo en que la mesa tenga unos dos años de margen.

Y la posición de ERC de apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez no está en cuestión.

Los republicanos solo presumirán de Mossos

Mercedes Lodeiro

Tres meses de tira y afloja de negociaciones y a nueve centímetros de caer por el precipicio para convocar elecciones. Parecía que ERC y Junts no se pondrían de acuerdo, pero, al final, alcanzaron un principio de pacto por medio del cual 500 altos cargos de la Generalitat que cobran más de cien mil euros al año no se tendrán que ir a sus casas y dar el relevo a otros.

ERC parecía estar en una mejor situación para negociar con sus 33 escaños frente a los 32 de JxCat, pero los de Carles Puigdemont tiene la experiencia de 40 años en el Gobierno y en el negoci y han doblegado una vez más los intereses de los republicanos. En el mercadeo de consejerías, con 14 puestos de salida, 7 para cada partido, los de Oriol Junqueras no lograron retener ninguna de las más relevantes. La deseada de Economía y Hacienda, de la que dependen los fondos europeos, pasa a manos de JxCat, que también se lleva Salud ahora que se ve la luz al final del túnel de la pandemia; Acción Exterior, para seguir promocionando la independencia fuera de España; Justicia, para tener la llave de las celdas de Lledoners; y Derechos Sociales, para fomentar las ayudas sociales, política netamente más propia de Esquerra que de los herederos de Pujol. Entre otras competencias, los posconvergentes se quedan también con Infraestructuras y Universidades.

En cualquiera de los casos, Esquerra asume la presidencia, que da una visibilidad incalculable, y la difícil competencia de Interior, de la que solo va a poder presumir de la acción de los Mossos si cumple con lo que firmó con la CUP para desarmar a los agentes y retirarles las balas de foam. Porque con Feminismo e Igualdad, Acción Climática y Cultura el manejo de fondos tampoco será lo más relevante. En su caso, el presupuesto más elevado irá para Educación y Función Pública.

Así, el partido que quiso hacernos ver que estuvo a punto de saltar de la Generalitat, JxCat, se queda con las codiciadas virutas de chocolate del pastel.

Este acuerdo depende de la Candidatura d’Unitat Popular, cuyas políticas chocan con las adjudicadas a Junts, con lo que pueden tumbar en el Parlamento la acción legislativa del Gobierno. El apoyo de los radicales es imprescindible, ya que ERC y Junts carecen de mayoría absoluta en la Cámara catalana.

«Buscan una prórroga agónica de un fracaso», según Illa

El líder parlamentario del PSC, Salvador Illa, ha afirmado que ERC y JxCat buscan la «prórroga agónica de un fracaso» con el principio de acuerdo que las dos formaciones independentistas han alcanzado para desencallar la investidura del republicano Pere Aragonès y formar un gobierno de coalición.

En una entrevista en Cope, el exministro socialista ha advertido de que el preacuerdo entre los dos actuales socios de Gobierno para reeditar su alianza plantea «un horizonte nada esperanzador para Cataluña».

«Fracasaron en la anterior legislatura, como reconoció el propio señor (Quim) Torra, y lo que intentan ahora es una prórroga agónica de un fracaso. Eso es lo que yo veo», ha dicho.

El Ejecutivo central tiende la mano al nuevo gobierno que se conforme en Cataluña

La ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha dado hoy la bienvenida al nuevo gobierno que se conforme tras el principio de acuerdo alcanzado en Cataluña y le ha tendido la mano para retomar el diálogo, así como la agenda política en esa comunidad.  «Espero que hayan aprendido ambas formaciones que la conformación del Gobierno tiene que conllevar también el abandono de las vías unilaterales y de algunas cuestiones que ya sabemos a dónde nos conducen, que no es a nada bueno», ha comentado.


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