Garrigues Walker: «Cataluña jamás renunciará a ampliar su soberanía, pero sobre ese tema podemos dialogar, el país lo necesita»

Con 88 años y una jovialidad arrolladora a la altura de los estudiantes de Economía y Empresa con los que este miércoles charló en A Coruña invitado por la Cátedra Luis Fernández Somoza de la UDC, el abogado Antonio Garrigues Walker quitó hierro a la reforma de los delitos de sedición y malversación promovida por el Gobierno de ERC.

—¿Cómo ve la cuestión catalana?

—Con Cataluña, además de inteligentes, tenemos que ser muy comprensivos. Es una comunidad maravillosa, culta y sensata que nunca jamás va a renunciar a ampliar su soberanía. Pero ese es un tema en el que podemos negociar perfectamente y es lo que necesita el país, que va cada vez a una sociedad más compleja. Lo que hay es una revisión de penas de 8 a 6 años, que me siguen pareciendo serias. En España abusamos de la cárcel. Habrá que mirarlo con mucho cuidado, pero no me preocupa mucho, sinceramente.

—También se rebajan penas por violación en aplicación de la ley del «solo sí es sí». ¿Qué opina?

—El cambio sociológico más importante de esta época es el protagonismo de la mujer, que hace 30 años tenía un papel realmente ridículo en la sociedad. Hay igualdad de derechos, como tiene que ser, e irá a más. Todavía no están en las líneas de mando importantes, pero todo vendrá. En España sigue habiendo sesgos de machismo que hay que eliminar. No podemos ser tontos.

—¿Ve alguna solución para la anomalía del Poder Judicial?

—Yo no quiero crear más jaleo que el que hay ahora. He hablado con muchas personas y todo el mundo reconoce que sería bueno tener un consejo con consenso. Este es ese tipo de desacuerdos que de vez en cuando se producen en política y que habrá que soportar con resignación. Debería resolverse fácil y rápidamente. Esa es la obligación que tienen los políticos y que tenemos la sociedad civil, que es un concepto que en España se olvida y de vez en cuando también debe hacer reclamaciones a sus políticos a través de las instituciones.

—Trump anuncia el regreso.

—¡Qué mala noticia! En el mundo en el que estamos no es una persona que ofrezca equilibrio, serenidad y templanza. Es una persona muy dogmática y tiene mucho dinero, lo cual es muy importante para ser presidente de Estados Unidos. Las elecciones americanas son caras y disponer de medios financieros no es un tema menor. Yo espero que pierda. Confío en que la sociedad americana se dé cuenta de que sería un problema no solamente para ellos, sino para el mundo entero.

—Usted escribe una obra de teatro al año desde hace medio siglo. ¿Qué trata en el 2022?

—Se titula Volveremos a morir y es la historia de unos personajes que renacen y se preguntan: «¿Y ahora qué hay que hacer? Habrá que volver a morir, ¿no?». Es un análisis de la muerte, de cómo habrá que volver a mirarla otra vez con un sentido positivo y más alegre. Tenemos un sentimiento dramático de la muerte que debe desaparecer. Yo no tengo creencias religiosas, no creo que haya religiones verdaderas o falsas, todas son válidas, tendríamos que respetar ese principio. Pero una cosa que he logrado es perder el miedo a la muerte. Estoy al final de mi vida y hay que aceptarlo. He pensado todo lo que se tiene que pensar y ya no pienso más.