Los abusos del médico de Colmenar a sus hijas: «Nos obligaba a ver pornografía y a reproducirla»
España
La hija mayor del doctor, de 14 años, relata los abusos sexuales y los castigos físicos que sufrió de su padre
02 May 2023. Actualizado a las 15:18 h.
Una de las hijas del médico de Colmenar Viejo (Madrid) detenido por maltratar y agredir a sus ocho hijos, todos menores, ha acusado a su progenitor de obligarle a ver pornografía y a reproducirla bajo la amenaza de una paliza si desobedecía. La chica, de 14 años, afirmó que su padre le obligó a tocar a su madre al negarse a hacerle una «chupadita», según se desprende de su testimonio judicial, al que ha accedido el diario El Mundo.
La menor, no obstante, exculpó a su madre de los crímenes de su padre a pesar de no haber intervenido en ningún momento para detener a su marido y parar los abusos sexuales del mismo. Incide, de hecho, en que está deseando volver a verla.
La retahíla de crímenes sexuales comenzó en febrero de este año. El hombre, médico del hospital Gregorio Marañón de Madrid, se fijó en que la chica de 14 años y su hermana utilizaban una plataforma de mensajería y chat de voz llamada Discord para hablar con sus amigos. Popularizado entre la comunidad gamer por ser utilizado para hablar con jugadores en línea, también se utiliza como plataforma de distribución de pornografía en servidores privados. El acusado, al enterarse de que ellas utilizaban dicha plataforma, decidió investigarla. Y encontró la pornografía de los servidores privados.
«Vino a casa desde el trabajo por sorpresa. Se topó con ese tipo de material porno, pero nosotros nunca los habíamos visto, solo lo usábamos para tener amigos. A él se le metió en la cabeza que sí, pese a negárselo», contó la menor.
A raíz del empeño del padre, este les amenazó con no dejarlas salir de casa ni ir al instituto si no atendían a sus depravadas peticiones: ver vídeos porno junto a ellas. «Me dijo que yo había tenido relaciones sexuales con alguien, que le dijera con quién. Le contesté que no, que preguntara en el instituto. Ni había hecho pellas... Entonces me dijo de ver vídeos porno. Le volví a decir que no quería, incluso llorando, que no me gustaban. 'Hasta que no te sientes conmigo y no los veas no vas a salir de aquí'... Y cerró la puerta», reproduce la víctima en su declaración judicial.
A partir de ahí, el médico empezó a sobrepasarse en el exceso, llegando a despertar a sus dos hijas a altas horas de la madrugada para seguir viendo contenido adulto. «Yo me negué todas las veces. '¿Me vas a desobedecer? Espérate que me levante'. Se levantó y me dio una paliza por negarme. Me dijo: 'Soy tu padre, me tienes que obedecer. Si me quieres, tienes que hacer lo que yo te diga'. A mi hermana también le pegó por negarse», relató la víctima de su padre. Las negativas a obedecer siempre acababan en paliza.
En una ocasión, el médico llegó a realizar tocamientos a su hija por la sospecha de que había mantenido relaciones con otro chico al que iba «a matar». «Llegó a meter los dedos mientras ponía cara de odio, se produjeron dos o tres veces, incluida la que he contado. Otra me obligó a desnudarme entera para ver si me había depilado las piernas o abajo», relata la joven. Al negar que había mantenido relaciones con otra persona, su padre le dio otra paliza.
«Si tú cuentas algo, te mato»
El sanitario también obligó a las dos niñas a realizarle tocamientos a su propia madre. Según cuenta la chica que prestó testimonio, su padre llegó incluso a avergonzarles e insinuarles propuestas sexuales mientras estaban a la mesa, en familia, bajo las consecuentes amenazas. «Literalmente nos decía: 'Si tú cuentas algo de lo que pasa fuera, te mato'. Yo tenía esa frase grabada en la cabeza... Que lo que pasaba en casa se quedaba en casa».
Según las investigaciones de la Guardia Civil tras el arresto del doctor, los abusos no se limitaban a lo sexual, sino también a las condiciones de vida en las que mantenía a sus hijos. La benemérita incide en que estaban «castigados físicamente, malnutridos y dormían arrinconados en varias literas dentro de una habitación» de la vivienda, que además se encontraba en una condición «totalmente insalubre».
Los ocho hermanos denunciaron que su padre utilizaba rodillos de cocina y cuchillos para infligir los castigos de desobediencia. Con la custodia retirada, todos permanecen en un centro de acogida de Colmenar. Tienen entre cuatro y 14 años, siendo la menor que dio su testimonio la mayor de todos. El padre, de hecho, ya había sido denunciado por malos tratos y tenía una causa abierta en un juzgado de Madrid por dicha acusación. Fue el relato de los hechos de una de las hijas a una de sus profesoras lo que dispuso a que el caso llegase a la Guardia Civil.
Tanto padre como madre están acusados, aunque sus primeras reacciones han sido negar los hechos y achacar los «relatos inventados» de sus hijos a las compañías que frecuentan y a la «etapa difícil» que atraviesan, especialmente sus hijas adolescentes de 14 y 12 años.