Los díscolos de Vox Baleares quieren que uno de ellos presida el Parlamento

Los cinco diputados díscolos de Vox Baleares navegan entre dos aguas. Los integrantes del grupo parlamentario, que el pasado 29 de enero expulsaron por unanimidad a dos diputados afines a la cúpula nacional, mantienen un ánimo de conciliación con la calle Bambú.

Tienen la «mano tendida», insisten, tal como explicó la portavoz del grupo, Idoia Ribas. Y, sin embargo, el diputado Agustín Buades afirmó ayer en IB3 que presentarán «a uno de los cinco como futuro presidente del Parlamento». Además, le quitó hierro a la ruptura en dos —teóricamente es en tres, tras la renuncia a todos sus cargos del diputado Xisco Cardona en octubre— del sector voxista en el Parlamento balear: «Se quiere hacer creer que aquí hay un follón de muchísimo cuidado, simplemente hay un grupo parlamentario que ha echado a dos diputados». Buades insistió en que él y sus cuatro compañeros facilitarán la gobernabilidad del Ejecutivo de Prohens.

Precisamente, la jefa del Gobierno balear afirmó este lunes que «no hay solución que no pase por que se vuelvan a reconstruir estos ocho diputados para que Vox cumpla su parte del acuerdo». El portavoz popular en el Parlamento autonómico, Sebastià Sagreras, se reunió ayer con uno de los expulsados del Grupo Parlamentario de Vox, el todavía presidente de la Mesa, Gabriel Le Senne. El político mallorquín, cuyo cese se encuentra suspendido de forma cautelar, está considerado por los cinco disidentes como un interlocutor válido en una reuniones que puedan reconducir la situación.