Críticas a Pedro Sánchez al recibir al rey Felipe VI con las manos en los bolsillos del pantalón

Horas antes de comunicar a la ciudadanía su decisión de tomar unos días para «parar y reflexionar», el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue protagonista de un inusual gesto hacia el rey Felipe VI que no pasó desapercibido para los presentes en el acto de entrega del Premio Cervantes al escritor Luis Mateo Díez.

El presidente del Gobierno, que llegó al Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares con suficiente antelación, recibió al monarca con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, un gesto poco protocolario y que fue objeto de críticas por muchos usuarios en redes sociales. 

También para muchas de las personas allí presentes, que le afearon un comportamiento que consideran una «falta de respeto y educación», al grito de «¡Sácate las manos de los bolsillos, sinvergüenza!», mientras otra de las personas asistentes no daba crédito a la actitud apática de Pedro Sánchez. «¿De verdad?», preguntaba retóricamente.

La desgana del jefe del Ejecutivo en su saludo a Felipe VI refuerza el delicado momento que vive Pedro Sánchez tras la denuncia admitida a trámite contra su mujer Begoña Gómez por parte del sindicato Manos Limpias, y que le ha llevado a cancelar su agenda pública para reflexionar si renuncia o no a su puesto como presidente del Gobierno ante «el fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política», según manifestó en su carta publicada en redes sociales.

En todo caso, no es la primera vez que Pedro Sánchez se salta el rígido protocolo institucional hacia la monarquía. El pasado noviembre, durante la apertura de las Cortes Generales, Sánchez ya había sido objeto de críticas cuando, mientras charlaba con el monarca, se ajustó los pantalones y la camisa. Un gesto informal y poco discreto que tampoco cumple los códigos de conducta esperados ante el jefe del Estado.

Su desconocimiento del protocolo también le jugó una mala pasada durante la jura de la Constitución de la princesa de Asturias. El presidente del Gobierno cometió entonces un lapsus e intentó ocupar el asiento que estaba reservado para Leonor, tras lo que fue corregido de inmediato por un miembro del protocolo.