Sánchez acota la minicrisis de Gobierno a relevar a la ministra Teresa Ribera

El presidente del Gobierno ya tiene preparado el relevo de su vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, que el próximo 1 de diciembre comenzará previsiblemente a ejercer, finalmente, como número dos de la Comisión Europea. Será la ahora secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, quien asuma la cartera, con rango de vicepresidencia tercera incluido, según confirman fuentes gubernamentales a este diario. En principio, no se esperan más cambios.

Pedro Sánchez siempre se ha referido a esta crisis, prevista desde julio, tras las elecciones europeas a las que Ribera concurrió como cabeza de cartel del PSOE, como un cambio meramente quirúrgico, aunque en su propio partido se ha especulado en las últimas semanas con la posibilidad de una remodelación más profunda, en coincidencia con cambios en la dirección socialista en el congreso federal que se celebra el próximo fin de semana, para tratar de tomar impulso político en un momento complicado.

La elección de Aagesen como sustituta de Ribera, designada esta semana vicepresidenta ejecutiva de Transición Justa, Limpia y Competitiva en la nueva Comisión Europea, después de varios días agónicos de negociaciones entre las familias socialdemócratas, conservadoras y liberales europeas en los que su puesto llegó a estar en el aire por la presión de los populares tras la gestión de la dana de Valencia, apunta a que Sánchez sigue apostando por el continuismo.

Aagesen es la actual número dos de Ribera en Transición Ecológica y su designación recorre el mismo camino que ya tuvo el del actual ministro de Economía, Carlos Cuerpo, cuando justo ahora hace un año sustituyó a Nadia Calviño tras su salida del Ejecutivo para asumir la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Calviño señaló a Cuerpo, hasta entonces secretario general del Tesoro, su sucesor, como ahora ha hecho Ribera con Aagesen. Dos relevos tranquilos. 

Negociadora en Bruselas

La todavía secretaria de Estado de Energía conoce bien las entretelas de su departamento, en el que ha tenido un papel relevante entre bambalinas para el Gobierno de Sánchez. Es ella quien ha llevado las riendas de buena parte de las negociaciones desarrolladas en las dos últimas legislaturas en Bruselas, sobre todo en lo relacionado con la reforma del mercado energético tras la crisis de precios habida en el 2022.

El cambio en el Ministerio de Transición Ecológica era un secreto a voces que se esperaba desde el pasado verano, cuando la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, apuntó a Teresa Ribera como una de las comisarias que formarían parte del nuevo Ejecutivo comunitario tras las elecciones europeas del 9 de junio. 

Relaciones con energéticas

Desde entonces, las quinielas en torno a quién la sustituiría en el ministerio han sido constantes y en todas se encontraba el nombre de Sara Aagesen: sus conocimientos técnicos del mercado energético; las negociaciones que ha comandado para sacar adelante varias reformas en España; las buenas relaciones que mantiene con las empresas del sector energético; y el fuerte vínculo que la une a la propia Ribera han decantado la balanza para su designación frente a un perfil más puramente político por el que podría haber optado el presidente del Gobierno.

El cambio llega en medio de la tormenta provocada por las negociaciones que el Ejecutivo se ha comprometido a abrir en los próximos días con los grupos parlamentarios para sacar adelante la reforma del gravamen energético. Un impuesto al que las compañías del sector tachan de discriminatorio y que podría provocar la paralización de las inversiones industriales de algunas de estas empresas, como ya han avisado Repsol y Cepsa, entre otras.

Una ingeniera química con buen perfil técnico y sin carné del PSOE

 M. L.

La futura ministra de Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno, Sara Aagesen (Madrid, 1976) es ingeniera química y especialista en medio ambiente. Con un currículo impecable, la todavía secretaria de Estado de Energía fue la primera mujer en llegar a ese puesto, en el 2020.

No tiene carné de ningún partido ni redes sociales. Entró en la Administración, en la Oficina de Cambio Climático, bajo la presidencia de Aznar en el 2002. Su acción estuvo encaminada al clima y la transición energética. Participó en las conversaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y en diversos grupos de trabajo de la Comisión Europea en esa área. En el 2013 fue distinguida con la Cruz de la Orden Civil del Mérito Medioambiental, otorgada por el ministro Miguel Arias Cañete.

Presidió el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía y en el 2018 fue nombrada asesora de Teresa Ribera en el ministerio, donde fue encargada de trazar las líneas del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, vigente hasta 2030, y de la Estrategia a Largo Plazo 2050. Entre sus desafíos está la aprobación de la tarifa eléctrica para el 2025, avanzar en las energías renovables y en transición energética. Greenpeace celebra su nombramiento y le recuerda el reto de hacer que España lidere la lucha frente a la emergencia climática.