La Voz de Galicia

Juan Lobato dimite como líder del PSOE de Madrid: «Mi forma de hacer política no es compatible con la dirigencia actual de mi partido»

España

Paula de las Heras Madrid / Colpisa

Se echa a un lado tras recibir muchas presiones de la cúpula socialista después de la polémica generada tras llevar a un notario sus conversaciones con un alto cargo de la Moncloa que hablaba de la pareja de Ayuso

27 Nov 2024. Actualizado a las 17:41 h.

El pulso lanzado por Juan Lobato a Pedro Sánchez este martes ha durado finalmente un suspiro. El líder de los socialistas madrileños, sometido a una enorme presión interna desde que el lunes trascendió que había acudido al notario para registrar una conversación comprometida para la Moncloa sobre la filtración de datos privados del novio de Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado a última hora de la mañana su dimisión. En una carta a los militantes justifica su renuncia como una decisión que permitirá frenar la «situación de enfrentamiento y división grave», pero no evita un último dardo a los suyos. «Yo no creo en la destrucción del adversario, en la aniquilación del que discrepa y del que piensa diferente. Insisto: para mí -alega- la política es otra cosa»

Lobato, elegido como líder de la siempre convulsa federación madrileña del PSOE en noviembre del 2021, llevaba meses en el punto de mira de Ferraz que, sin embargo, nunca ha reconocido abiertamente su intención de sustituirlo en las primaras previstas para principios del próximo año, una vez celebrado el 41 congreso federal este fin de semana en Sevilla. Este mismo martes, después de que el joven barón compareciera en la Asamblea para trasladar su intención de hacer frente a lo que presentó como «linchamiento» desde las propias filas de su formación fuentes de la dirección del partido ya confirmaban abiertamente, sin embargo, la intención de presentar a Óscar López, exjefe de gabinete de Sánchez y ministro de Transición Digital como candidato.

En su misiva de renuncia el ya exsecretario general del PSOE-M defiende que su objetivo ha sido siempre «construir un proyecto ambicioso y con ilusión» y considera que «así debe seguir siendo en el futuro». Su estrategia de oposición nunca fue compartida por la Moncloa. Sus críticos consideraban que ni estaba suficientemente a la izquierda ni era suficientemente combativo contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, bestia negra del Ejecutivo. Él la ha reivindicado hasta el final, tras constatar su soledad. «Recuperar el respeto y la educación en la política ha sido esencial para mí estos tres años (...) Sin duda mi forma de hacer política no es igual ni quizá en ocasiones compatible con la que una mayoría de la dirigencia actual de mi partido tiene», concluye.


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