Políticos al desnudo
Aniversario pandemia
07 Mar 2021. Actualizado a las 14:14 h.
Ha pasado un año. El mundo ha padecido una pandemia con unas consecuencias que jamás pensó. Fruto de nuestra habitual prepotencia, que siempre se cree a salvo de todo, nos hemos plantado en un escenario de retroceso económico, social y de libertades inimaginable allá por el mes de enero del pasado año.
Pero, aunque la pandemia ha sido (y es) un mal global, España se ha caracterizado desde el principio por ser uno de los países más afectados en todos los sentidos, liderando los peores parámetros que el covid nos ha traído.
España ha destacado en el número de fallecidos y en el número de contagiados, y es uno de los países de la UE y del mundo donde el agujero económico es mayor. Solo el tiempo dirá hasta qué punto nos hemos hundido en el abismo.
No sería justo decir que nuestros políticos son los culpables de todo cuanto está ocurriendo. Ni sería justo, ni sería cierto. Hay que reconocer que difícilmente se podía prever la que nos ha caído encima. Pero tampoco haríamos bien en obviar el papelón desarrollado por la clase dirigente española, que ha reaccionado tarde, muchas veces mal, y que nos ha mentido con un descaro sin parangón. ¿Recuerdan que las mascarillas no eran necesarias? ¿Que no pasaba nada por ir masivamente al 8M? ¿Que esta enfermedad iba a pasar de tapadillo por nuestro país con algún caso aislado? ¿Y las vacunas? Nos mintieron y no era necesario. Trataron a la sociedad como a un colectivo infantil al que no se le puede contar la verdad, no vaya a ser que no sepa qué hacer con ella.
Sánchez y sus primeros espadas trataron la pandemia priorizando sus intereses políticos particulares. No hay más que recordar el caso de Illa, para quien el virus fue una plataforma hacia la victoria en las elecciones catalanas. Sánchez procuró ser el rostro de las buenas noticias (las vacunas) pero ha desaparecido en el resto. Surfeó la crisis con el manual de mercadotecnia en la mano y acabó endosando con descaro la responsabilidad de la gestión de la pandemia a las comunidades autónomas.
Tampoco fue para echar cohetes la labor de la oposición, que dejó mucho que desear y probó una vez más que habrá Pedro Sánchez para rato por incomparecencia de adversarios.
En definitiva, nada de un año para olvidar, sino todo lo contrario. Convendría recordar que hemos pasado 365 días en los que un pequeño bicho nos ha hecho trizas. Un tiempo en el que un grupo de políticos han quedado al desnudo, empeorando una situación ya de por sí muy grave y muy difícil.