Una fantasía como nunca
Extravoz Red
Casi año y medio después de su lanzamiento en consola, llega la versión definitiva de «Final Fantasy XV» también a PC. Con un despliegue gráfico impagable y hasta con correcciones en la historia y la jugabilidad, Square-Enix puede presumir de haber logrado un port notable y en algunos aspectos ejemplar. Una odisea cargada de belleza.
02 Jul 2018. Actualizado a las 19:37 h.
El destino. Una palabra de curioso significado en comparación a otros vocablos de la lengua. Puede ser una meta, un simple punto del mapa al que acudir y finiquitar cierto viaje; pero a su vez, la semántica nos indica la posibilidad de poder transformarse en algo más grande, en un horizonte final, una fantasía única, personal y, dependiendo del caso, imposible de ser esquivada. Buena parte de la saga Final Fantasy trata del destino. De los muchos posibles. La epopeya de poner rumbo hacia algo más grande que uno mismo. La lucha entre el cambiar lo escrito, o aceptar las consecuencias implícitas. A estas alturas del camino, Square-Enix se ha convertido en una experta en la materia, y ha decidido otorgar a Final Fantasy XV una nueva vida en PC. El resultado es tremebundo.
Tardó en llegar, más de un año, pero la versión definitiva de FF XV luce pletórica en Windows. Tanto, que no pocos han afirmado ser el mayor logro gráfico de nuestro tiempo. Se necesita una auténtica máquina para moverlo al máximo de su capacidad, pero, de hacerlo, el jugador asistirá a un brutal despliegue técnico. No todo el mundo posee un ordenador de la NASA y Square-Enix lo sabe, por lo que este port llega con decenas de posibilidades a la hora de adaptarse al aparato de cada individuo, y seguir mostrando una cara bella e impactante.
También se han cambiado algunos trozos de la historia que flojeaban, e incluido todos los DLCs publicados hasta la fecha. En definitiva, se trata del juego que debió ser en su día, pero con las nuevas políticas de las compañías ya se sabe. ¿Para qué sacar un juego completo al cien por cien si puedo venderlo por fascículos y corregirlo con el tiempo? Eso ha pasado con FF XV, pero puestos a escudriñar su montaje final, este se antoja notable, como poco. FF XV es una odisea, una aventura, un viaje por carretera. El jugador vive en la piel de Noctis, el príncipe de un reino que ve como su mundo se desmorona y junto a tres amigos emprende un trayecto a medio camino entre la venganza y la justicia. Salvar el mundo, en pocas palabras, también. Ese destino que siempre acaba por aparecer en los Final Fantasy y por el que el jugador derramará alguna que otra lágrima en el camino.
Amistad
La relación de Noctis con los suyos es la verdadera protagonista de la historia. Un cuarteto de compañeros que deberá madurar a pasos agigantados si quiere sobrevivir a su propio sino, y encontrar cada cual su sitio sobre la faz de ese planeta en el que nacieron. Son diferentes entre ellos y poseen personalidades y habilidades únicas. El príncipe goza de la pesca, Ignis de cocinar y Prompto de sacar fotos. Todos ellos influyen en la historia, y verdaderamente dan buena muestra de la fuerte noción de amistad que trata de desprender el título.
El sistema de combate se sitúa más similar a un Kingdom Hearts que a un FF de la vieja escuela, por lo que los turnos son inexistentes. Las mecánicas funcionan correctamente, y apartados como la magia o los ataques conjuntos son descaradamente satisfactorios y espectaculares. Al principio puede costar, pero se le pilla el truco rápidamente a saber cómo explotar a cada personaje según qué situación.
No es el mejor FF de la historia, no, pero resulta infinitamente más atractivo que los últimos títulos de la saga, en especial el fallido XIII. Había mucho en juego, más aún cuando este título llegó a peligrar enormemente por sus continuos retrasos y reescrituras de guión. Finalmente ya está en consola y PC, y luce entretenidísimo gracias a su propuesta de mundo abierto. Mucho que explorar, mucho que jugar.