¡Espabilaos!

Indignaos! Así conminó el casi centenario francés Stéphane Hessel a los jóvenes europeos maltratados por una sociedad que los condena al subempleo y a la miseria intelectual. Aquello a lo que Hessel puso nombre se tradujo en movimientos como el 15-M, que parecía efímero y que los partidos clásicos trataron de ridiculizar, ignorar o capitalizar. Los resultados del domingo en Ferrol son la evidencia de que el descontento caló y votó; y las reacciones de los políticos, la preocupante constatación de que no se quieren enterar. Unos comicios no se parecen a otros, pero con estas u otras siglas alternativas el aviso está dado: de la nada al 11%. ¡Espabilaos!