Pablo J. Rañales: «La vocación de contar buenas historias hermana al periodismo y a la literatura»
Ferrol
El escritor y periodista mugardés publica en Valhalla Ediciones su primera novela, «Siervos de tinta»
20 Dec 2021. Actualizado a las 05:00 h.
Pablo J. Rañales (Mugardos, 1999) es un joven periodista —en la actualidad desarrolla su labor profesional en el departamento de Comunicación del Concello de Ares— que habita, desde niño, la devoción por los libros, y de manera muy especial la pasión por la literatura. Ahora, de la mano del sello cántabro Valhalla Ediciones, publica su primera novela, Siervos de tinta. Un libro en el que aborda cuestiones como ese «terror a la página en blanco» que, en mil y un sentidos, viene a ser el espejo del vértigo que, tan a menudo, envuelve el origen de toda creación.
—En usted se dan la mano el periodismo y la escritura de ficción...
—La vocación de contar buenas historias hermana al periodismo y a la literatura. Y también el afán de ir más allá de la evidencia, de lo superficial. El deseo de descubrir la realidad que anida bajo la superficie. La literatura te invita a adentrarte en la emoción que habita el interior de cada ser humano; y el buen periodismo, también.
—¿A qué edad comenzó a sentir la llamada de la escritura?
—Fue cuando tenía doce o trece años.
—¿Qué pasó entonces?
—Que en ese momento empecé a comprender que escribir no solo me ayudaba a entender mejor el mundo, sino que además me permitía entenderme mejor a mí mismo. Después, entrar en contacto con el Círculo de Ares supuso para mí poder integrarme en un grupo literario en el que encontré una motivación añadida tanto para escribir como para impulsar la dinamización cultural.
«La visión de la ría de Ferrol, con todo lo que une, me acompaña siempre»
Pablo J. Rañales creció en Mugardos frente a las aguas de la ría, muy cerca de donde está la sirena de piedra que inspiró uno de los más bellos cuentos de Gonzalo Torrente Ballester. «La visión de la ría de Ferrol, con todo lo que une, me acompaña siempre . Y jamás he visto esa ría como algo que separa, sino todo lo contrario. Para mí —remarca este joven autor— siempre ha sido algo que simboliza los vínculos entre todos los lugares que lo rodean».
—¿Qué es el mar para usted?
—Algo importantísimo. Cuando estaba estudiando en Santiago siempre echaba de menos el mar. Me gusta tener el mar cerca. Para mí tiene un enorme valor simbólico. De todas formas, también tengo que decir que cuando estoy frente al mar me siento, ante todo, como alguien que no forma parte de él, de su mundo, sino más bien como alguien que lo contempla desde tierra y que admira su belleza.
—La entrada de la ría de Ferrol, vista desde Mugardos, es impresionante. Un paisaje bellísimo.
—Sí que lo es, sí.
—No es fácil cansarse de contemplarlo.
—Yo llevo contemplándolo una vida entera. Efectivamente, la ría vista desde el muelle de Mugardos, esa visión del mar que yo he tenido ante mí durante toda mi vida, es impresionante.
—¿Qué futuro les aguarda a los libros?
—¿A los libros en papel, quiere decir?
—Sí.
—Más allá de todo lo que nos ofrecen las nuevas tecnologías, el libro en papel sigue siendo insuperable. Entre otras razones, porque es un objeto que nos permite llevar a cabo una lectura mucho más profunda que una pantalla. Leer un libro en papel es una experiencia sensorial a la que no se puede renunciar.
«En el paisaje, e incluso en el clima, también hay una llamada a la narración y al diálogo»
Más allá de su doble faceta de periodista y creador, Pablo J. Rañales siente un gran interés por el activismo y la dinamización cultural: por impulsar el desarrollo de actividades que a través de la cultura, y en especial de la literatura, abran nuevas puertas a personas de todas las edades. Especialmente en Ares y Mugardos, que son el epicentro de su paisaje personal y afectivo: su territorio más querido.
—¿Cómo nació ese afán?
—Soy una persona que siempre ha estado convencida de la importancia que tiene que nos cuidemos unos a otros. Algo que hoy, y tras las circunstancias que hemos vivido como sociedad durante la pandemia, me parece más importante que nunca. Para mí es fundamental intentar ser útil a los demás.
—Está muy unido a su territorio vital...
—Muchísimo.
—¿Hasta qué punto está vinculada a ese paisaje su vocación de contar historias? ¿Cree, por ejemplo, que el haber nacido y crecido frente a la costa atlántica ha determinado su condición de narrador?
—Sin duda. En el paisaje, e incluso en el clima, también hay una llamada a la narración y al diálogo. Esas referencias nos ayudan a entendernos. Tanto a entender a los demás como a comprendernos, e insisto en ello, a nosotros mismos. Y ese es un sentimiento que, como los libros, siempre ha estado dentro de mí, en el centro de mi vida.