De surfista profesional a creadora de una marca de moda sostenible

Yoli Rodríguez (Ferrol, 1997) empezó muy pronto a interesarse por el mundo de la moda y la comunicación. Creció domando olas en las playas ferrolanas y desde los ocho años surfeó y viajó por todo el globo, llegando a competir y resultar victoriosa en campeonatos de talla internacional. Pero el surf profesional le abrió camino a otro mundo muy diferente, gracias a su experiencia con los patrocinadores y a las sesiones fotográficas que protagonizó para marcas como Vazva o Volcom.

«Mi abuela era modista, y desde niña me encantaba ver cómo cosía. Empecé a personalizar mis propias prendas», explica. Dejó las competiciones y su trabajo en Inditex. En cambio, se decantó por la vida lenta en Ferrol, una forma de vida que reivindica: «Para mí es muy importante diseñar cosas aquí y trabajar con gente de aquí. Con este proyecto quiero fomentar la slow fashion o moda lenta, que respeta más a las personas y valoro mucho más eso que una producción de trescientas camisetas. Esto lleva su tiempo, usamos tejidos sostenibles y una de las modistas borda todo a mano».

Yoli Rodríguez busca ese ritmo lento y consciente, aunque tampoco ha parado: trabaja desde hace años como freelance para distintas empresas, promocionando marcas en su perfil de Instagram y sacando su lado más creativo. El año pasado sacó una colección cápsula con la diseñadora Chiara Vinagre, bajo el nombre Sunsisters. No se conocían en persona, y se forjó la relación gracias a los intereses y el objetivo en común: «Encontrar modistas hoy en día es muy difícil, y ella tenía una de mano. La colección se vendió muy bien, hicimos una pop-up en A Coruña y se vendió casi todo».

Encaminada hacia la moda infantil

Esa primera experiencia con una línea de ropa sirvió de precedente para el proyecto al que está totalmente entregada, su nueva marca de moda infantil: «Es un proyecto que quería hacer desde hace tiempo y a raíz del éxito del año pasado, me lancé. Hacerlo sola de primeras es muy complicado». Ahora que se siente preparada para enfrentarse a un proyecto en solitario, reconoce que se ve remando en esa dirección. Le llamó Nanä: «por mi hija Mariana; fue una de las primeras palabras que aprendió a decir».

Como lleva tiempo demostrando, la influencer y emprendedora quiere dar el máximo: «No solo quiero hacer ropa, también estoy haciendo accesorios y artículos para el hogar. Consta de tres colecciones: niños, mujer y hogar. Ahora estoy trabajando manteles de lino con bordados orgánicos hechos a mano», explica. «Para mí es importante hacer las cosas con gente de aquí, y las dos modistas que tengo son de Ferrol». Los eventos y la comunicación son ámbitos que le apasionan tanto como la moda. Con Nanä busca implicarse con otras marcas, así como celebrar eventos con influencers.