La Voz de Galicia

Xisco Feijoo, en la primera gran noche del Festival de Ortigueira

Ferrol

A. F. C. ORTIGUEIRA / LA VOZ
El público bailó al ritmo de la orquesta SonDeSeu, en la noche inaugural

Los aragoneses Muro Kvartet ganan el Runas de este año

12 Jul 2023. Actualizado a las 23:31 h.

De Glasgow a Ortigueira para triunfar. Talisk removió al público en la noche inaugural del Festival de Ortigueira, al que ya había conquistado la orquesta SonDeSeu. La marea folkie vibró la noche del lunes con las bandas noveles Alienda y Guieldu (asturianos) y Muro Kvartet, de Aragón, vencedores de esta edición del certamen Runas. Este cuarteto de cuerda, del que la organización destaca «la energía y el dinamismo», puso a bailar a quienes se congregaron en la explanada de la Alameda.

 

Los cuatro integrantes del jurado, Alberto Balboa (coordinador del Mundo Celta), Bruno Lozano (presidente de la Escola de Gaitas), Segundo Grandío (productor musical) y Elisardo de la Cruz (del departamento de prensa), coincidieron en «lo difícil del veredicto, por la altísima calidad de los grupos participantes». El martes tocaron Trikitrí, Algaire y Elephant Sessions; y anoche estaba prevista la actuación de A Banda das Crechas, los escoceses Holiday Club (triunfadores del Runas de 2022, con los feneses Trikitrí y los madrileños JDC) y Mec Lir (de la isla de Man).

Hoy, el ambiente festivalero lo crearán, por las calles, Do Cómbaro (12.30 horas), la banda escocesa Peoples Ford Boghall & Bathgate Caledonia Pipe Band (17.00) y la Banda de Gaitas La Laguna del Torollu (20.00). En el teatro sonará Rubén Díez Trío (19.00); y en el escenario principal, esta noche, el dúo Fetén Fetén Conexión Galicia, Xisco Feijoó, JDC y el grupo folk astur Felpeyu.

Feijoó es de los más esperados de la primera noche grande del Festival de Ortigueira. Tras años de colaboraciones con artistas como Mercedes Peón, Xosé Manuel Budiño, Carlos Núñez, Kepa Junquera, Berrogüetto o Rodrigo Romaní, todos ligados al Mundo Celta, lanzó el disco Peixe. Todos los conciertos son gratuitos, algo que ya no sorprende a los miles de seguidores de este festival. Muchos ya recalaron en Ortigueira el fin de semana, algunos ya han tenido que irse y varios miles han tomado el relevo, con los aparcamientos llenos y el pinar de Morouzos multicolor.

 

La lluvia refrescó la zona de acampada, en la madrugada del miércoles, pero no le restó alegría. En la zona urbana, después de las barras atestados de barriles de cerveza y con las pruebas de sonido de las bandas al fondo, los artesanos repiten en la feria. María y Nieves tardaron veinte años en regresar con su propuesta textil Adanegra, de A Guarda, esta vez con una colección inspirada «nas saias das avoas e o traxe galego levado á rúa».

En una de las cabeceras se sitúa Veganité, de la Asociación Rural Vivo de Ortegal, con platos veganos y sin gluten, que cada año ganan nuevos seguidores. El Festival de Ortigueira se convierte estos días en un estado, una forma de vida que lo revoluciona todo, desde los supermercados a las farmacias, el sector del taxi, el centro de salud, los alojamientos o la hostelería.


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