La Voz de Galicia

Un vecino de la calle con locales de ocio de Ferrol llama la atención a una pandilla por hacer ruido de madrugada y suben a darle una paliza a su casa: «Abre que te vamos a romper la cara por lanzarnos agua»

Ferrol

Bea Abelairas Ferrol / La Voz
Estado en el que quedó la puerta forzada por la pandilla

El hombre, de 58 años, tiene daños graves en la cara por una agresión que aterró a todo el vecindario que imploraba que parasen desde las ventanas: «Yo les gritaba que teníamos cámaras para que se fuesen»

01 Sep 2024. Actualizado a las 04:29 h.

Sobre las cinco de la madrugada de este domingo un vecino de la calle Magdalena desvelado salió a la ventana a recriminar a una pandilla que dejasen de hacer ruido. Los jóvenes no se callaron, sino que forzaron el portal para colarse en el edificio, según fuentes policiales, y subieron hasta la casa del hombre que les abrió la puerta para hacerles frente, pero recibió una paliza. En esta calle de Ferrol se concentran muchos locales de ocio y no es la primera vez que hay altercados entre los residentes y las pandillas que alargan la noche de fiesta en las inmediaciones de los locales cuando cierran.

Una ambulancia trasladó poco después al herido al hospital Arquitecto Marcide y, debido al cariz de las heridas que presenta, tuvo que acudir también al Chuac de A Coruña para una primera asistencia. Se trata de un hombre de 58 años. Las patrullas de la Policía Nacional acudieron a la zona muy rápido, pero los agresores se habían dado a la fuga, aunque tienen pistas fiables para localizarlos y no descartan detenerlos en las próximas horas.

En el suceso también intervino la policía local, que también participa en el operativo para dar con los agresores, de los que por ahora se sabe que son de nacionalidad dominicana y jóvenes, de acuerdo con los testigos recabados. 

Los vecinos de este hombre presenciaron, aterrados, la agresión: «Fue una noche de mucho follón en la calle, es que no se podía dormir, cuando escuché esos golpes tan fuertes en el portal me asomé a la ventana y vi a la pandilla, uno de ellos, de color, me recriminó que mi vecino les había tirado agua», cuenta una de las residentes en el primer piso de un inmueble ubicado a escasos metros de la plaza de España.

Mientras, otra vecina de un piso superior trataba de disuadirlos: «Primero llamaron a los telefonillos y nos gritaban: 'Abre que te voy a partir la cara por lanzarnos agua'; yo intenté que se detuviesen y les dije que teníamos cámaras para que se fuesen, pero no hubo manera, rompieron la puerta golpes y subieron por la escalera hasta la casa de nuestro vecino, le pegaron dentro una paliza», lamenta, muy nerviosa, esta mujer que alertó rápidamente a la policía. «Me puse tan histérica que no me salía el número del 092», rememora otra convecina.

Sin embargo, cuando llegaron las primeras patrullas, la pandilla ya se estaba alejando de la zona a la carrera. «A los policías les pedimos una ambulancia, porque nuestro vecino sangraba por la cara y tiene daños importantes, además nos preocupa mucho que ha quedado solo su perro en casa y no conseguimos contactar con su familia». Los residentes han declarado ante la policía y han aportado muchos datos de lo que presenciaron: «Abajo había una pandilla grande, las chicas les gritaban que parasen, aunque una subió al piso también, pero los que entraron a dar la paliza eran un joven alto y otro más bajo, uno llevaba un plumífero blanco con capucha que se puso al salir del portal tras la agresión y el otro iba sin camiseta, pero en la calle antes de salir corriendo se enfundó una roja».

Desde poco antes de las seis de la mañana, cuando tuvo lugar la agresión, nadie volvió a descansar en el inmueble. Por los nervios y por el incesante ir y venir de los investigadores, que tomaron huellas del portal roto y recogieron todos los datos de imágenes de cámaras de seguridad de la zona.

Fuentes del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol (CHUF) indican que el hombre recibió atención médica y que será dado de alta en las próximas horas, aunque necesitará más tratamiento. «Nos da mucha pena, porque es una gran persona que no merece esto, por otra parte es algo que nos podría pasar a cualquiera, todos los días hay follón: yo a veces también me siento tentada de lanzarles agua», razona una vecina mientras otra del mismo inmueble le recuerda: «Por algo tenemos alarma contratada».


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