Embargan el piso del asesino confeso del crimen de Cabanas para hacer frente a las indemnizaciones

En unos días se cumplirá un año desde que una amplísimo operativo de la Guardia Civil llegaba a A Gándara, en Narón, para registrar el piso de Roger Serafín Rodríguez, el autor confeso del crimen de Cabanas. Apenas unas horas antes lo habían detenido como supuesto autor de la muerte de Elisa Abruñedo un domingo de septiembre del 2013. Le pusieron las esposas en su trabajo, ante sus compañeros; atado de manos pasó ante sus vecinos y su pareja de entonces (que meses después lo denunció por malos tratos, aunque el juzgado no la creyó) vio estupefacta cómo los agentes registraban su hogar. Una vivienda que ya no les pertenece, porque el juzgado ha decretado su embargo para hacer frente a las responsabilidades que deriven del proceso judicial.

Sin embargo, aún no ha trascendido cuándo será un juicio en que habrá mucha presencia de técnicos e incluso investigadores científicos, porque Roguer cayó debido a su singular adn de pelirrojo. La jueza titular de Instrucción 2 tiene que instruir un caso muy complejo tanto en su vertiente penal, como la civil. Actualmente los trámites se centran en reunir los informes periciales de la policía judicial, muy laboriosos porque algunos elementos, como teléfonos, son muy antiguos y parte de la documentación no está digitalizada.

En la parte civil se realizaron tasaciones de todos los bienes que posee Roger Serafín Rodríguez para valorar su capacidad económica de cara a una indemnización por la muerte de la vecina de Cabanas ocurrida en septiembre del 2013. Todo a la vez que reciben peticiones de las partes que se van a personar, como una verificación de ADN, pieza clave en este caso que tardó una década en resolverse precisamente tirando sin descanso de esa pista.

El autor confeso del asesinato de Elisa Abruñedo, vecina de Cabanas, cometido el 1 de septiembre del 2013, será juzgado por un jurado popular. Si no se producen retrasos, las vistas podrían celebrarse dentro de unos meses en la Audiencia Provincial de A Coruña. Roger Serafín Rodríguez, vecino del municipio de Narón de 49 años, se librará de la prisión permanente revisable ya que, según explicaron los abogados de la defensa y la acusación, esa pena aún no había entrado en vigor cuando se perpetró el crimen, hace ya más de diez años.

Mucho silencio en León

Roger Serafín Rodríguez casi no se comunica con su abogado en Ferrol, que es Juan Pablo Barros y del equipo del turno de oficio que tocaba cuando lo arrestaron. En las primeras declaraciones lo asistió una compañera y después Juan Pablo asumió el caso, justo cuando Roger confesó y se derrumbó ante los agentes asegurando que quería terminar pronto con todo. Tampoco habla demasiado con su familia a pesar de que a finales de este mes cumplirá un año encerrado en un módulo especial de la cárcel Villahierro, en Mansilla de las Mulas, en León. Un centro penitenciario que ha reforzado su seguridad recientemente y que incluso cuenta con agentes de una empresa privada.

Las celdas de este centro también albergan a reos como el Chicle, condenado por las violaciones en su entorno familiar y la muerte de Diana Quer. Al igual que a este recluso, a Roger Serafín se le trasladó a León precisamente para evitar conflictos en penales gallegos, donde este tipo de delitos pueden desencadenar una reacción más intensa por parte de otros presos.