Julio Rey, lotero que repartió medio millón de euros en el barrio del Inferniño: «Este premio no le arregla la vida a nadie, porque son 50.000 euros, pero mola darlo»
Ferrol
Esta administración ya repartió otro gran premio en el 2007, el primero del sorteo del Niño
22 Dec 2024. Actualizado a las 17:24 h.
Un tercer premio de la lotería de Navidad se vendió en la administración ubicada en el número 93 de la carretera de Castilla de Ferrol. El despacho no abrió, pero el lotero estaba orgulloso por repartir diez décimos del 11840, una serie completa, que reportarán 50.000 euros a cada uno de los agraciados. Medio millón de euros (a los que hay que descontar impuestos) distribuidos desde el barrio del Inferniño. Justo al lado del despacho se encuentra un punto de reunión de los vecinos: la cafetería Gran Vía. «No nos tocó, pero estamos contentos igual, ¡cayó en el Inferniño!», aseguraba Toñín, el responsable de un local en el que había expectación, pero donde todos aseguraban que no compraron los boletos agraciados.
No es la primera vez que esta administración reparte millones: el siete de enero del 2007 despacharon 170 décimos del primer premio del sorteo del Niño. El lotero titular es Julio Rey Julio Rey Regueiro y aprendió el oficio con su padre, que abrió hace 43 años esta administración de lotería en el Inferniño. Julio no pudo abrir este domingo su despacho, pero espera celebrarlo con sus vecinos: «Este premio no le arregla la vida a nadie, porque son 50.000 euros, pero mola darlo», cuenta. Vendió una serie completa, pero no recuerda a los afortunados que se la llevaron: «Puede ser gente del barrio, pero también jóvenes de la Marina o personas que vienen a trabajar a Navantia, que me han comprado para llevar a muchas partes de España», dice. Julio espera que este pellizco sirva para revitalizar un barrio al que tiene mucho aprecio: «Estoy muy orgulloso porque en los despachos de lotería vendemos ilusión y esto es un estímulo para un barrio muy obrero: no ha sido tanto como la otra vez, cuando vendimos 170 décimos, pero siempre te alegra mucho». Julio empatiza con su clientela y asegura que también se pone nervioso cuando se acercan los sorteos como los de Navidad o grandes botes de la Primitiva.
«Estamos contentos por la suerte, lo queremos bien», precisaba Miguel, un vecino que comparte con él muchas horas de charla con Julio en este punto de venta, que se encuentra a unos metros de la parada de taxis y otro quiosco de la ONCE. «Es una administración que vende mucho, ojalá sirva para ayudar a personas del barrio que lo necesitan mucho», apuntaba otra vecina tras enterarse de que la suerte había rondado la calle.
Casi todos los que la mañana de este domingo abarrotaban el Gran Vía son habituales de los desayunos dominicales en este local, así que la noticia del premio les supo bien a la mayoría, aunque también hubo caras de decepción. «Qué pena, tenerlo tan cerca y nada...», lamentaba otra clienta. Mientras, Toñín desbordaba alegría sin perder de vista su cometido diario: «No puedo pararme que sigo con los cafés, pero si vienen premiados claro que vamos a brindar por todo lo alto».
A la administración solo se acercó Lida Sahakyan, una profesora de kárate originaria de Armenia que lleva seis años viviendo en Ferrol: «Tenemos un décimo que termina en 840 y que compramos un poco más adelante, de esta administración tenemos otro», aseguraba ilusionada junto a su hijo con estos dos boletos en la mano. Era la primera vez que probaban suerte con una tradición que no existe en su familia y se embolsarán un buen pellizco.