As Pontes marida tradición y las propuestas culinarias más novedosas en su Feira dos Cogomelos

El Concello de As Pontes ha vuelto a poner las setas en el escenario de una fiesta en la que el público siempre responde en masa. No fue un buen año para los recolectores por las altas temperaturas, pero este detalle solo se notó en el concurso de cestas. El resto de actividades rindieron pleitesía al fruto de los bosques con más historia. Hubo degustaciones y cocineros de vanguardia que dieron a conocer sus secretos para preparar este bocado como en un restaurante.

También sonó mucha música para amenizar casi todas las actividades de una jornada en la que las terrazas estaban atestadas de personas disfrutando del día y de las variadas propuestas.

Incluso para aquellos a los que las setas no les motivan demasiado hubo un aliciente especial, porque el mercado de oportunidades que se celebraba el sábado y el domingo repartió 600 euros en premios a través de tarjetas rasca, entre las personas que compraron en los establecimientos participantes.

Richard Gaveira, ganador del concurso de cestas: «El calor hizo que este año no hubiese níscalos, en cambio aparecieron otras especies»

Richard Gaveira se convirtió en el ganador del concurso en el que el Concello de As Pontes premia a los recolectores de setas. Este año fue el único que se presentó. Sin embargo, su candidatura tiene mucho mérito: en una edición en la que era muy complicada la recolección, este ortegano presentó una cesta con 120 variedades recolectadas todas el sábado en terrenos muy distantes entre sí, de Santiago a los bosques ponteses. Recorrió los montes del entorno de Sigüeiro, donde vive, y de la comarca para componer una colección en las que había muchas rarezas.

Los hongos que crecen sobre troncos de árboles o maderas son sus favoritas, de siempre: «Tenía especies como el craterellus tubaeformis, conocidos como tubis, o cantarelus, que suelen verse más cuando hace el calor de los últimos días», precisa un aficionado a las setas desde hace muchos años. De hecho, se presenta al concurso que cada otoño convoca el Concello de As Pontes desde el 2014 y siempre ha conseguido algún galardón.

Es electromecánico, pero el mundo de los hongos es una afición en la que ha ido creciendo leyendo libros, haciendo cursos y saliendo mucho al monte. «Este año nota mucho el cambio climático, el calor hizo que no hubiese níscalos, por ejemplo, en cambio aparecieron otras especies», según cuenta.

Richard confiesa que le entristece que existan muchas personas con hambre de hongos, pero con pocas ganas de saber más o al menos con interés por conservarlas. «A veces parece que la gente se quiere llevar todo, como por un ansia de que no lo recolecte el que llega detrás y hay que tener en cuenta que se deben respetar las setas jóvenes, pero tampoco se deben coger las que ya son muy adultas, con esporas y muy abiertas», cuenta un gran aficionado a la micología desde niño.