Lista de espera para las clases de «alta cocina» del chef del restaurante Marea, en Cariño
Cariño
El colectivo de amas de casa O Peiral organiza este primer curso, hasta mayo, con un grupo infantil y tres de adultos
16 Dec 2024. Actualizado a las 11:14 h.
«Alguien comentó la idea, y como tenemos la suerte de contar con Cristian, se lo propusimos. Hay cuatro grupos [tres de 15 personas, el máximo, y el infantil, de 13] y gente en lista de espera», relata Marisa Rodríguez, secretaria de la asociación de amas de casa O Peiral, en Cariño, y una de las alumnas de las clases de cocina que imparte el chef Cristian Santiago Breijo (Cariño, 37 años) en su restaurante, Marea, las tardes de los lunes y los miércoles.
En 2018 regresó a su pueblo para emprender este proyecto, tras curtirse en los fogones de Casa Marcelo (Santiago), en Nueva Zelanda o en las cocinas de Alborada y Arallo (A Coruña). «Estoy muy contento, y los alumnos también, entre lo que aprenden y que salen merendados o cenados», ríe el cocinero, ahora maestro. Es su primera experiencia como docente: «Llevamos dos meses y medio y queremos llegar hasta mayo. Al principio estaba verde, aun ahora los domingos estoy pensando a ver qué preparo para la clase del lunes».
Cuenta que les enseña «lo básico» y, sobre todo, «tips, trucos o consejos para preparar platos diferentes, con ingredientes que, si no tienen, pueden sustituir por otros que hay en todas las casas; contraponer sabores que no se les hubieran ocurrido...». Asisten mujeres, la mayoría, y hombres de todas las edades. Marisa reconoce que jamás hubiera elaborado una salsa de arándanos para rellenar un pavo, «pero luego lo pruebas y está muy rico». Como las torrijas con leche de coco y curri.
Los pequeños sucumben al chocolate, e igual que los mayores, cuenta el profesor, degustan el plato de cada clase, «pero ellos se lo llevan a casa en el táper, y las madres dicen que se lo comen todo, sin repartir [risas]».
La cena de Nochevieja, a mesa puesta
El jefe de cocina y propietario del restaurante Marea quiere ponérselo fácil a sus vecinos en Nochevieja, con una propuesta doble. Un grupo reducido de comensales (juntos o en mesas separadas) podrá celebrar la última cena del año en el local con un menú cerrado, por 80 euros, que ofrece empanada de jibia guisada, sopa de rape, corvina con crema de remolacha y berza frita, sorbete de maracuyá, jarrete con parmentier de castañas y, de postre, chocolate, pistacho e higos. Y, por supuesto, las doce uvas para cumplir con la tradición.
Santiago Breijo asegura que «ya hay gente que reservó sin conocer el menú». «No queremos un aforo ilimitado para esa noche, sí un mínimo, pero pensamos en un servicio cómodo para el cliente y para nosotros», explica. Recuerda la experiencia del primer año, 2019, —«pusimos las campanadas en el hilo musical y no se oían, y tuve que darlas yo con una campanita de un barco»— y la de 2023, cuando «sonaron con retraso». Anécdotas que animaron el comedor, donde gente que no se conocía acabó charlando.
Quienes prefieran quedarse en casa, pero sin tener que ponerse el mandil, tienen la opción de encargar cualquiera de los platos que sugiere Marea: «La idea es que tengan que hacer lo mínimo y va todo con instrucciones». Entre las propuestas hay tartar de bonito y ajo blanco de pistacho, bacalao con lentejas y espárragos, o lomo con chirivías y salsa de arándanos, y dos tartas.