¿Cuánto cuesta hacerse una casa en el área de Ferrol?

La vivienda suele ser el mayor desafío económico que afronta una persona a lo largo de su vida, y el alza de los precios de las materias primas y los combustibles registrado a raíz de la invasión de Ucrania, el 24 febrero de 2022, convirtió ese reto en una gesta. Entre enero de 2021 y marzo de 2022, el aluminio se incrementó un 60 %; el cobre, el 38 %; y la energía, el 93 %. Las subidas continuaron durante meses y afectaron a los materiales siderúrgicos (57 %), bituminosos (61 %) o cerámicos (52 %), o a la madera (23 %), según los datos de la Asociación Nacional de Constructores Independientes (Anci). «Ahora, los precios están estabilizados», reconoce Juan Rilo, gerente de Prosema, la constructora del grupo J. Rilo.

Pero, advierte, «independientemente de que las materias primas hayan podido bajar algo, en los materiales no se ha notado; el aluminio ha bajado, pero las ventanas siguen costando lo mismo; el cemento ha bajado, pero el hormigón te lo siguen vendiendo al mismo precio... los fabricantes lo están usando para amortiguar el bache, para reponerse». Eso sí, destaca que la estabilidad de los precios permite, al fin, a las constructoras «tener cierta seguridad para presupuestar, porque la incertidumbre de hace unos años era tal que el presupuesto que se daba hoy había que modificarlo en solo quince días». Todo esto se traduce en unos costes de «1.500 a 1.800 euros por metro cadrado para obra nova, sen urbanización, nin solar, nin licenza, nin proxecto... carísimo», indica Andrés García, de Construcciones Prieto Mouriz, de Cedeira.

«Os custes, hoxe, son un 30 ou un 40 % máis altos que hai catro anos. Menos de 1.500 euros é moi difícil, porque a man de obra tamén subiu nos convenios, e iso foi este ano e aínda estaba por repercutir nos prezos», apunta el empresario de As Somozas Enrique Guerreiro. Rilo incide en el cambio en los números: «Si durante años la referencia que tenía la gente y también los arquitectos era de mil euros por metro cuadrado, hoy ha variado y ya son entre 1.500 y 1.800, porque es el coste real que tiene hacerse una vivienda o un piso». Aun así, señala, «suele inducir a engaño, porque a esas cifras hay que añadirles el IVA [se aplica el 10 % para residencia habitual], además de la compra de la parcela, los permisos y el proyecto». El sector ve claro que «no hay vuelta atrás».

Carga de trabajo

Los costes se han multiplicado, pero el sector no se ha parado. La carga de trabajo continúa siendo elevada, en obra industrial y civil, y también en edificación privada, tanto en nueva vivienda como en rehabilitaciones. «O que máis se está movendo son as restauracións. A xente está pagando moitísimos cartos por ruínas, que hai que reconstruír. En obra nova, hai quen está dando marcha atrás, ás veces incluso pola tramitación [de licencias y permisos], que nalgúns concellos, como Cedeira, vai lentísima», afirma García.