La Voz de Galicia

«En Ferrol pude cumplir mis sueños»

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beatriz antón ferrol / la voz Peluquero nigeriano que vive en Ferrol desde hace seis años

El nigeriano Sunday Okhuos Ogbomo dejó su país hace ya trece años y, tras ganarse el pan con el ladrillo, Ferrol le regaló una familia y la oportunidad de recuperar su vocación por el peine y las tijeras

08 Jul 2017. Actualizado a las 05:00 h.

Sunday Okhuos Ogbomo (Edo State, Nigeria, 1974) tiene tanto talento para el peine y las tijeras que en la Academia Olympia de Suso Añón -donde trabaja como peluquero y profesor- hay muchos clientes que cruzan los dedos para que sea él quien se ocupe de esculpir sus cabelleras. Entre sus clientes habituales se encuentran muchos alumnos de las escuelas de la Armada, pero también mujeres deseosas de dar un aire nuevo a su peinado y cada vez más hombres preocupados por lucir un corte y una barba impecables. «A las mujeres les gusta mucho cuidarse, pero yo diría que ahora los hombres son igual o incluso más presumidos que ellas. Algunos vienen cada dos semanas para llevar el corte siempre perfecto», comenta sonriente este nigeriano que se convirtió en ferrolano de adopción en el año 2011.

Sunny, como lo conoce todo el mundo, no podría estar más contento estos días. Se le ve un hombre feliz y no es para menos. Hace pocas semanas vino al mundo Mela, la segunda hija en común que tiene con su pareja -la periodista ferrolana Isabel Caneiro- y, además, su madre acaba de llegar de Nigeria para pasar un mes junto a ellos. «Es la primera vez que viene a vernos y está feliz de poder conocer a mi mujer y a sus nietas», cuenta entusiasmado.

Por si eso fuese poco, Sunny disfruta de un trabajo que le apasiona y por eso ayer -cuando le tocaba regresar a su puesto en la academia tras la baja paternal- no lo hizo triste ni apesadumbrado, sino con fuerzas renovadas y una sonrisa en la boca. «¡Es que yo aquí soy feliz! Tengo compañeros muy buenos y mi jefe siempre me ha ayudado mucho», dice agradecido al tiempo que elogia la calidad de la enseñanza que se imparte en el centro.

Pero para llegar hasta ese estado de serenidad en el que se encuentra ahora, este hombre alegre y optimista tuvo que recorrer antes un largo camino. «La vida no es un camino de rosas, pero yo pienso que los obstáculos te ayudan a crecer y, cuando una puerta se cierra, siempre hay otra que se abre», dice con aire reflexivo. Sus palabras cobran sentido poco tiempo después, cuando Sunny cuenta que fue un accidente de tráfico lo que le permitió recuperar su vocación por la peluquería.

Y es que su historia de amor con las tijeras comenzó mucho antes de llegar a Ferrol. Al quedarse viuda, su madre le enseñó a cortar el pelo a sus hermanos siendo todavía un niño -«porque en casa no había dinero para llevarlos a una peluquería»- y, después, ya de mayor, Sunny regentó durante varios años su propia peluquería en Nigeria: The Chairman Barbing Salon. «Le puse ese nombre porque en mi país a mí me llamaban chairman (presidente en inglés) por ser un hombre de carácter, bromista y también porque mis amigos siempre recurrían a mí en busca de consejo cuando tenían algún problema», explica el peluquero.

Pero a Sunny le entraron ganas de conocer mundo. Quería ganar dinero para prosperar. Y por eso un buen día decidió dejarlo todo para volar a España y trabajar en la construcción. Primero en Tudela, donde se ganó el pan como yesista durante siete años, y después en Ferrol, adonde lo mandaron para trabajar en varios edificios en el año 2011. Fue entonces cuando una de aquellas puertas de la que hablaba se le cerró para siempre: «Al poco de llegar tuve un accidente de tráfico que me provocó dos hernias en las espalda y, como no podía coger peso, tuve que dejar la construcción». Pero, al final, aquella fatalidad le sirvió para abrir otra puerta, porque, cuando todavía estaba convaleciente del accidente, Sunny conoció a la que hoy es su pareja y ella le animó a recuperar su antigua profesión de peluquero.

Lo suyo fue dicho y hecho. Tras dos años de formación en la academia de Suso Añón, consiguió su flamante título de peluquero. Y hoy disfruta de lo lindo esculpiendo y enseñando a esculpir cabelleras en la escuela de la carretera de Castilla. «¿Que si ya me siento ferrolano? Pues, claro que sí, yo soy ferrolano porque aquí está la gente a la que quiero y aquí encontré una oportunidad para trabajar en lo que más me gusta. En Ferrol pude cumplir mis sueños, así que este es mi lugar en el mundo».

EN CORTO

Familia. Sunny vive en Ferrol con su mujer y sus dos hijas, Julie y Mela. Tiene otra hija de una relación anterior, Charo, que vive en Francia.

Lo que le gusta de Ferrol. «Me gusta el verde y la lluvia, porque me recuerda al sur de mi país, donde me crié». También elogia a la gente, «que es muy buena», y la gastronomía. «¡Me encanta el caldo gallego!», exclama sonriente. 


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