La recuperación del molino de Narón que «quitó el hambre a toda la comarca»
Narón
El viejo molino de Xuvia, en imágenes
El complejo fabril del XVIII albergará un centro de interpretación y museo
10 May 2021. Actualizado a las 12:01 h.
Jean Lestache. ¿Les suena? En época de ilustrados, se asentó en Narón junto a otros compatriotas franceses que adivinaron los recursos energéticos de la comarca. Fuerza eólica e hidráulica. Renovables, ahora. Desembarcaron en la Terra de Trasancos en los años 60 del siglo XVIII. En 1775 ya habían erigido la que sería Real Fábrica de Fariñas da Ponte de Xuvia, insignia industrial del municipio y aprovisionadora de la despensa nacional por licencia de la Corona.
Lestache le acabaría comprando su parte a su «socio» galo, el cirujano Francisco Bucau. La red industrial se había tejido con la aportación de otros comerciantes franceses como Juan Lembeye, Mathias Dufoire o Santiago Beaujardin, en un área dedicada a la molienda gracias al conjunto que formaba con la aceña de O Ponto, el molino de viento de San Mateo y A Faísca, y el de turbina y cubeta de Amenadás, tal y como destaca en sus trabajos el historiador y archivero del Concello de Narón y doctor en Arqueología André Pena.
Inmueble emblemático
Desde su esplendor a la progresiva decadencia, el emblemático molino ubicado en la frontera natural entre Narón y Neda se sumió en décadas de abandono. El Concello lo adquirió por 311.000 euros y en el 2009 ya acometió la reconstrucción del tejado a fin de evitar que avanzase el deterioro de la construcción.
El complejo fabril de harinas estaba compuesto por cuatro grandes molinos, que ahora el Concello pondrá en valor con la creación de un centro de interpretación. Es el proyecto mimado en el área patrimonial. La rehabilitación costará 1,2 millones de euros, cofinanciados con fondos europeos.
Así será el centro cultural
La alcaldesa, Marián Ferreiro, y la concejala de Turismo, Natalia Hermida, hacen de cicerone en una visita al interior de las tres edificaciones que conforman el conjunto. Plano en mano, Ferreiro recuerda que «desde aquí se quitó el hambre a toda la comarca», en referencia al período en el que los bloqueos por la guerra con Inglaterra y Portugal mantenían en estado de sitio a una población que llegaba casi a los 30.000 habitantes, con los florecientes arsenales y astilleros de la ría.
Las funciones originales de los edificios se distribuían en tres espacios diferenciados, a saber, el antiguo almacén, la casa de la familia y los molinos. En el primero se instalará la recepción, con atención al público, tienda, aseos y un pañol para el mantenimiento. En las dependencias de la vivienda habrá tres salas: una introductoria, la sala Lestache y otra polivalente. En el tercer edificio, una sala se dedicará a los molinos, otra será para la cultura industrial y una tercera se dedicará a Bucau.
El patio será elemento común y también se habilitará el embarcadero, una pasarela exterior y un mirador al río que aceleró el pulso industrial de Narón.