La zona cero de Neda: «No tenemos ni zapatos»

En la zona cero tras las inundaciones en Neda, solo han quedado las televisiones colgadas en las paredes. El resto se ha perdido en un «tsunami», tras el desbordamiento del río Basteiro en la madrugada del lunes al martes. Ahora toca hacer recuento de los daños causados, «porque todos partimos de cero». Jorge López calcula que «con las riadas las pérdidas mínimas pueden ser de 30.000 euros por casa pero pueden subir a muchísimo más, eso depende de cada caso, por ejemplo nosotros no tenemos ni zapatos». Óscar Anca asegura que «ni siquiera 60.000 euros serán suficientes». Ramiro Hermida e Isabel Salido se lamentan de que «con nuestras pensiones no podemos afrontar todo, para comprar esta casa ya invertimos todos nuestros ahorros». Lo mismo le ocurre a Mari Rozado: «Soy viuda y con mi pensión no puedo hacer lo que dice el consorcio, porque los seguros quieren que compremos todo primero y después les pasemos las facturas». 

En los contenedores se van acumulando colchones, muebles, recuerdos de toda una vida. Están haciendo inventario de las propiedades afectadas por las inundaciones, para dar parte a los seguros. Pero hay viviendas que no están aseguradas. En el caso de Jorge López, «nosotros estamos quitando los enseres para los contenedores y haciendo inventario para los seguros, pero vemos que solo una puerta trasera de aluminio nos costará 1.600 euros como me acaban de decir en una empresa». Junto a su mujer Raquel Sanmartín ha tirado sofás, puertas, colchones, «solo se libró la tele porque está colgada, pero armarios, camas, mesillas y coquetas están todos dañados». Aguantarán como puedan, «mientras no podamos comprar habitaciones seguiremos con la misma cama y cambiando de colchón».

En el inventario, los vecinos toman nota de todo y sacan fotos de lo inservible. Tiran lavadoras, hornos, vitrocerámicas, fregaderos, muebles, deshumidificadores, sistemas de aire acondicionado, freidoras, planchas, batidoras, cafeteras. Jorge y su mujer hicieron el vaciado general de toda la casa, «irnos de alquiler era inviable, poco a poco iremos comprando cosas». Las puertas de madera para la casa les costarían 5.000 euros, la principal unos 3.000. «Hay gente con capacidad económica para afrontar estos gastos, pero otros no tienen seguros o pagas muy pequeñas», admite Jorge. 

Los afectados apuntan que necesitarían ayuda para montar sus nuevas vidas, mientras buscan todas las facturas de los seguros. «Pasas de tener una vida a tener solo cuatro paredes», aseguran. El Concello de Neda puso los contenedores para los enseres, trajo una máquina de calor para secar las pertenencias, colocó sacos de arena en el muro derrumbado por el desbordamiento del Basteiro. El Concello de Valdoviño también donó colchones. «Pero se necesita ayuda para la gente que no puede comprar lo principal, como una cama o una lavadora», destacan los perjudicados por esta riada, la más destructiva de los últimos sesenta años.