La Voz de Galicia

Alquiler vacacional al coste que marca la inteligencia artificial: 800 euros noche en una casa de Ortigueira

Ortigueira

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

Céltigos Blue, la casa de alquier vacacional más cotizada

Interior de la vivienda, con unas extraordinarias vistas al mar

La empresa The Cliffs of Loiba, que gestiona más de 70 viviendas, aplica precios dinámicos, variables según la demanda y con ganancias récord para los propietarios

09 Mar 2025. Actualizado a las 05:00 h.

Los precios siempre han estado condicionados por la demanda, pero todo cambia cuando quien está detrás no es una persona sino un algoritmo. Víctor Piniés, al frente de The Cliffs of Loiba, empresa que gestiona más de 70 viviendas de alquiler vacacional (de distintos propietarios) en las comarcas de Ortegal, A Mariña lucense y alguna también en Ferrolterra, ha empezado a aplicar la estrategia de precios dinámicos, que fija el coste a partir de los metadatos (datos sobre los datos) del sector, que permiten un análisis exhaustivo del comportamiento del mercado.

A partir de ahí, un algoritmo de inteligencia artificial (IA) determina el precio del alquiler del inmueble, en función no solo de la demanda, sino de la temporada, el emplazamiento, la mayor o menor proximidad a la fecha para la que se quiere reservar, los precios del año anterior y todo el conjunto de metadatos que generan las plataformas en las que opera The Cliffs of Loiba —Booking, Airbnb y otras menos conocidas—, no solo referidos a esta empresa, sino a un conjunto de más de 2.600 propiedades vacacionales esparcidas por la costa, entre Ferrol y Ribadeo, y en unos veinte kilómetros hacia el interior desde el litoral norte.

«Tú introduces los parámetros que te interesan, y a partir de ahí tienes una valoración de cómo se mueve el mercado en la zona (y si quieres también en España o a nivel Europa)», señala Piniés. Tras un estudio «documentado» del metadato, el algoritmo es el que fija el precio, que sube y baja de forma automática, «se actualiza en tus bases de datos y se sincroniza con todos los portales (y cada uno pone su precio en función de su comisión)». «En mi caso —precisa este empresario— pongo un precio mínimo, porque no puedo bajar de 65 euros por noche en invierno, sería el consumo de calefacción y por debajo no ganarías nada».

 

«Habrá gente que lo pagará»

El objetivo de los precios dinámicos radica en mejorar la rentabilidad. Pero ni Piniés ni, mucho menos, los propietarios de los inmuebles que gestiona, pensaban alcanzar algunas de las cifras que ya manejan desde que implantó este sistema, y que en algún caso multiplican por dos los ingresos que habían obtenido hasta ahora (por la misma casa y en la misma fecha). «A lo mejor te cuesta más vender una casa por la que antes pedías 250 euros el 12 de agosto y ahora son 400, pero estás apostando por que habrá gente que lo pagará, cuando todo el mundo está buscando y ya no queda casi nada. Y si (el sistema) ve que la demanda baja, te dice que tienes que bajarlo, todo eso a tiempo real», profundiza.

De momento, esta nueva estrategia ya le ha permitido alquilar una de sus casas fetiche, Céltigos Blue, en Ortigueira, por casi 800 euros la noche. «Hay una reserva del 2 al 24 de agosto, por la que pagarán 17.000 euros, prácticamente lo mismo que había facturado todo el año pasado», desvela Piniés. Son ingresos garantizados, «porque esta, como todas las demás, está asegurada, y si cancela hoy perdería la mitad, y si lo hace a 60 días de la llegada, perdería el total». Cuenta que «es una gente que viene de Nueva York, y que antes estuvo en Mallorca, Marbella o Barcelona, y ahora, o porque buscan un sitio no masificado o no asarse de calor, han elegido este lugar».

No es el único caso. Alguien abonará 600 euros noche (en verano) por otra casa de Céltigos, junto a la playa; y por la que está sobre el arenal de Esteiro (Mañón), 450 y 500, según el día de agosto. «Son precios que hasta ahora no me hubiera atrevido a poner —admite—, pero estoy dejando que la IA proponga y voy analizando. Alguno de los informes que recibo me indica que baje unos pocos euros en unas y suba algo en otras, pero aún queda mucho para el verano y veremos cómo evoluciona», apunta, expectante por cómo evolucionarán los resultados en los próximos meses.

Pero nada es casual. Aparte de aparecer en «todos los portales», puntúa la rapidez en la respuesta, el tipo de inmueble y el servicio. «Si no, no sería super host [la categoría de los mejores anfitriones] en Airbnb (que valora la globalidad), año tras año, ni tendría las valoraciones de Booking, que son por cada propiedad, desde 8,5 a 10. Todo eso hace que se te visualice mejor, la gente confíe cuando va a alquilar... y eso hay que cuidarlo», subraya.

Su apuesta es por «un porfolio simpático, atractivo». Por eso rechaza «muchas casas» que le ofrecen o se deshace de otras por diferencias con los propietarios. «Aquí tenemos una naturaleza y una orografía espectaculares, un clima bueno o malo según cómo lo veas, y si además ofreces algo exclusivo, único, de calidad, una casita adecuada, en una posición atractiva... por qué no vas a venderlo más caro. El que lo quiera que lo pague —defiende—, y esa gente va a dejar riqueza en la zona, va a comer en restaurantes, comprar en las pescaderías...».

 


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