La Voz de Galicia

El bum de la primavera en San Bartolo: «Tras cinco años sin bebés, en cuatro meses aquí nacieron cinco»

Valdoviño

Patricia Hermida Valdoviño / La Voz primavera demográfica
Yoly con Omar, Elena con Lola, y Carolina con Vaiana, ante la iglesia de San Bartolo.

En una recta de 50 metros en este lugar de Valdoviño, fueron mamás Yoly, Elena y Carolina

11 May 2024. Actualizado a las 16:58 h.

Alegoría de la primavera en San Bartolo, donde bajo un sol esplendoroso crecen cinco nuevos bebés. En estos campos de Sequeiro, parroquia de Valdoviño, durante cinco años no nacieron niños. Pero en cuestión de cuatro meses, desde finales de octubre de 2023 hasta principios de marzo, vinieron al mundo cinco. Tres de ellos viven además en la distancia de una recta de 50 metros, a los pies de la iglesia de San Bartolomé (conocida popularmente como San Bartolo). Se llaman Omar Martínez García, Lola Sanesteban García y Vaiana Grandal Dopico: protagonistas de este primaveral bum demográfico . «Tras cinco años sin nacer bebés, en cuatro meses nacieron cinco y todos estamos encantados», celebran sus familias.

La felicidad sobrevuela estas casas, mientras los carritos van y vienen bajo el sol de mayo. Yolanda García y Álvaro Martínez tuvieron a Omar el 29 de octubre, Carolina Dopico y Carlos Grandal a Vaiana el 25 de febrero, y Elena García y Carlos Sanesteban a Lola el 2 de marzo. «El último en nacer antes de estos peques fue mi hijo Tomás de cinco años, pero ya ni nosotras recordamos tantos nacimientos juntos», explica Elena (36 años, educadora social aunque no ejerce actualmente), que llegó a San Bartolo desde Narón hace siete años. Con raíces de toda la vida en este rincón de Sequeiro (una parroquia de unos 600 habitantes), Yoly y Carolina (36 y 41 años, trabajadoras respectivamente en el sector de la limpieza y en supermercados) aseguran que «hay que remontarse a la época de nuestras madres para ver esto, porque aquí la población se encuentra bastante envejecida».

 

Yoly García con Omar, Elena García con Lola y Carolina Dopico con Vaiana, en San Bartolo. JOSE PARDO

«¡No fue la pandemia!»

Yoly y Álvaro también son papás de Oliver de ocho años. Su hijo mayor ya jugaba con el de Elena, y ahora todas festejan que «los nuevos bebés crecerán juntos, en un sitio tranquilo y cerca de las playas». Las tres mamás dejan claro entre risas que «¡esto no fue por la pandemia!». Admiten que aquí se combinó la maternidad de vecinas de toda la vida con la llegada de nuevas familias. «La población va a más en este sitio y sobre todo después de la pandemia, mucha gente vino a vivir porque quiere campo; nuestras tres familias residen en un círculo de 50 metros, Sequeiro tendrá unos 600 habitantes pero el lugar de San Bartolo tiene muchos menos», explican.

Cuando los mayores salen a disfrutar de los rayos de sol y ven pasar los carritos, «sienten alegría con tanto movimiento». Destaca Elena que «ahora falta un parque, el más cercano está en Lago». A Yolanda le da «un poco de penita que Omar, al nacer en 2023, no vaya con Lola y Vaiana en la misma clase pero compartirán recreo». Todas tienen claro que sus hijos irán al colegio de Valdoviño, y dos al PAI (Punto de Atención á Infancia frente a la laguna de A Frouxeira).

Como destaca Carolina, «subimos arriba San Bartolo con esta nueva generación». Añade Yolanda que «siempre es motivo de alegría que nazcan tantos niños y que sean protagonistas de un bum». De San Bartolomé eligen «su tranquilidad, todos nos conocemos aunque realmente sea un espacio grande y eso mola mucho». Explica Carolina que «tenemos cerca las playas y el colegio, aunque tengas que coger el coche lo tienes todo cerca». Elena y su pareja decidieron vivir aquí «porque queríamos una zona tranquila, sales a la calle y nuestros hijos mayores pueden jugar, eso te une».

 

Vuelven los niños y las fiestas

Sus familias se muestran «encantadas y súper contentas de que San Bartolo se venga arriba y lleguen nuevas generaciones para coger el relevo». Y además no solo regresan los nacimientos después de cinco años, sino que también vuelven las fiestas que hace justo un quinquenio que no se celebraban. «Mi marido es de la comisión y en agosto tendremos por fin de nuevo las verbenas, volvieron los bebés y volvieron las fiestas», se ríe Yolanda.

Tras el impacto del coronavirus, muchas parejas han optado por formar sus familias en el rural «para huir de las aglomeraciones y disfrutar de la playa cerca». En el caso de Valdoviño, sus jóvenes vecinas apuntan que «aquí hay escuelas unitarias, el colegio desde Infantil a la ESO (queremos que tenga Bachillerato), los arenales, pistas deportivas, nos falta una piscina cubierta».

La maternidad la llevan estas chicas «con alegría en un sitio donde puedes escuchar los pajaritos». Y siempre junto al atrio de la iglesia, «donde nos juntábamos de adolescentes, donde hicimos la cena de la comisión de fiestas y donde crecerán nuestros hijos».


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