Bernardino Quintanilla, el abogado altruista con el corazón entre Vigo y Cambados
Firmas

Bernardino Quintanilla creó la Feria del Albariño en 1953 gracias a una apuesta
12 Oct 2012. Actualizado a las 10:40 h.
Bernardino Quintanilla Álvarez (Cambados, 25 de marzo de 1901-Vigo, 7 de febrero de 1957), cursó por libre la carrera de Derecho en Santiago. Tenía de quien heredar la pasión por la Justicia: su padre, Andrés Quintanilla Alonso fue procurador de los tribunales y alcalde de Cambados en el período 1923-1924. Tuvo buenos maestros en el foro, entre ellos dos de los mejores de Vigo: Adolfo Gregorio Espino, con quien estuvo de pasante de 1939 a 1950, y Roberto González Pastoriza. Además fue juez en Cambados en el año 1931.
Fundador del Colegio de Abogados de Vigo en diciembre de 1932, en el ejercicio de la abogacía tenía rasgos que se reconocen en muchos médicos pero es más difícil encontrarlos en hombres de leyes. De su despacho no salió defraudado nadie que no tuviera dinero para pagarle su minuta, infinidad de veces fue solidario y cobró mucho menos de lo estipulado, o incluso no llegó a percibir sus honorarios a quien estaba en mala situación económica.
Quintanilla contrajo matrimonio el 5 de mayo de 1935 con una viguesa de familia bien conocida, Encarnación Buceta Zapata, de la popular librería Buceta, que le dio dos hijos: Bernardo, muerto el 24 de febrero de 1996, y nuestra convecina María Victoria Quintanilla Buceta. Era cuñado de un colega, el letrado Pablo Nieto Villamarín, casado en primeras nupcias con María Buceta Zapata, de la que enviudó.
Por entonces, más concretamente en 1936, le hemos visto en una lista como miembro de la Agrupación Socialista de Vigo, al lado de personajes tan importantes como el médico Eugenio Arbones Castellanzuelo o los hermanos Bilbatúa, todos ellos vilmente asesinados en los inicios de la guerra civil. También a nuestro personaje le crearon algunos problemas sus creencias políticas durante el franquismo.
Al margen de la actividad estrictamente profesional fue durante algún tiempo secretario del Club de Campo. Practicaba el tenis, que tanto se cultivó en esta sociedad, era nadador y jugaba al ajedrez. Él fue quien inventó la desde hace muchos años popular Fiesta del Albariño. La cosa fue porque un día, allá por 1953, en su tierra natal, el jurista retó a un amigo dueño de grandes viñas a presentar ambos sus vinos a un concurso en el que participarían todos los cosecheros del caldo que lo desearan.
Y así, entre bromas y veras, la apuesta siguió adelante y fue el origen de la que con el tiempo se ha convertido en una de las más populares y concurridas fiestas de nuestra Galicia veraniega, en este caso invariablemente en agosto. Todo el mundo sabía de la paternidad del invento, pero por si no fuera suficiente, se reconoció a Quintanilla, en el acta de la cuarta edición, allá por 1956, casi en vísperas de su muerte, que era el padre de la criatura.
gegonma@gmail.com